西班牙语学习网
西班牙语阅读:El príncipe Lapio
日期:2022-06-27 22:19  点击:336
   Había una vez un príncipe que era muy injusto. Aunque parecía un perfecto príncipe, guapo, valiente e inteligente, daba la impresión de que al príncipe Lapio nunca le hubieran explicado en qué consistía la justicia. Si dos personas llegaban discutiendo por algo para que él lo solucionara, le daba la razón a quien le pareciera más simpático, o a quien fuera más guapo, o a quien tuviera una espada más chula. Cansado de todo aquello, su padre el rey decidió llamar a un sabio para que le ense?ara a ser justo.
  - Llévatelo, mi sabio amigo -dijo el rey- y que no vuelva hasta que esté preparado para ser un rey justo.
  El sabio estonces partió con el príncipe en barco, pero sufrieron un naufragio y acabaron los dos solos en una isla desierta, sin agua ni comida. Los primeros días, el príncipe Lapio, gran cazador, consiguió pescar algunos peces. Cuando el anciano sabio le pidió compartirlos, el joven se negó. Pero algunos días después, la pesca del príncipe empezó a escasear, mientras que el sabio conseguía cazar aves casi todos los días. Y al igual que había hecho el príncipe, no los compartió, e incluso empezó a acumularlos, mientras Lapio estaba cada vez más y más delgado, hasta que finalmente, suplicó y lloró al sabio para que compartiera con él la comida y le salvara de morir de hambre.
  - Sólo los compartiré contigo-dijo el sabio- si me muestras qué lección has aprendidoY el príncipe Lapio, que había aprendido lo que el sabio le quería ense?ar, dijo:
  - La justicia consiste en compartir lo que tenemos entre todos por igual.
  Entonces el sabio le felicitó y compartió su comida, y esa misma tarde, un barco les recogió de la isla. En su viaje de vuelta, pararon junto a una monta?a, donde un hombre le reconoció como un príncipe, y le dijo.
  - Soy Maxi, jefe de los maxiatos. Por favor, ayudadnos, pues tenemos un problema con nuestro pueblo vecino, los miniatos . Ambos compartimos la carne y las verduras, y siempre discutimos cómo repartirlas.
  - Muy fácil,- respondió el príncipe Lapio- Contad cuantos sois en total y repartid la comida en porciones iguales. - dijo, haciendo uso de lo aprendido junto al sabio.
  Cuando el príncipe dijo aquello se oyeron miles de gritos de júbilo procedentes de la monta?a, al tiempo que apareció un grupo de hombres enfadadísimos, que liderados por el que había hecho la pregunta, se abalanzaron sobre el príncipe y le hicieron prisionero. El príncipe Lapio no entendía nada, hasta que le encerraron en una celda y le dijeron:
  - Habéis intentado matar a nuestro pueblo. Si no resolvéis el problema ma?ana al amanecer, quedaréis encerrado para siempre.
  Y es que resultaba que los Miniatos eran diminutos y numerosísimos, mientras que los Maxiatos eran enormes, pero muy pocos. Así que la solución que había propuesto el príncipe mataría de hambre a los Maxiatos, a quienes tocarían porciones diminutas.
  El príncipe comprendió la situación, y pasó toda la noche pensando. A la ma?ana siguiente, cuando le preguntaron, dijo:
  - No hagáis partes iguales; repartid la comida en función de lo que coma cada uno. Que todos den el mismo número de bocados, así comerán en función de su tama?o.
  Tanto los maxiatos como los miniatos quedaron encantados con aquella solución, y tras hacer una gran fiesta y llenarles de oro y regalos, dejaron marchar al príncipe Lapio y al sabio. Mientras andaban, el príncipe comentó:
  - He aprendido algo nuevo: no es justo dar lo mismo a todos; lo justo es repartir, pero teniendo en cuenta las diferentes necesidades de cada uno. .
  Y el sabio sonrió satisfecho. Cerca ya de llegar a palacio, pararon en una peque?a aldea. Un hombre de aspecto muy pobre les recibió y se encargó de atenderles en todo, mientras otro de aspecto igualmente pobre, llamaba la atención tirándose por el suelo para pedir limosna, y un tercero, con apariencia de ser muy rico, enviaba a dos de sus sirvientes para que les atendieran en lo que necesitaran. Tan a gusto estuvo el príncipe allí, que al marchar decidió regalarles todo el oro que le habían entregado los agradecidos maxiatos. Al oirlo, corrieron junto al príncipe el hombre pobre, el mendigo alborotador y el rico, cada uno从前有一个太子,他很不公平。虽然他看起来像一个完美的王子,英俊、勇敢、聪明,但拉皮奥王子似乎从来没有被告知什么是正义。如果两个人来争论要他解决的事情,他会同意他认为谁更好,或者谁更帅,或者谁的剑更酷。厌倦了这一切,他的父亲国王决定请一位智者教他公平。
  “把他带走,我聪明的朋友,”国王说,“在他准备好成为一个正义的国王之前,不要让他回来。”
  智者随后与王子乘船离开,但他们遭遇海难,最终独自一人在荒岛上,没有水和食物。最初几天,伟大的猎人拉皮奥王子设法钓到了一些鱼。当聪明的老人要求他分享它们时,年轻人拒绝了。但几天后,王子的捕捞量开始减少,而智者几乎每天都能抓到鸟。而正如王子所做的那样,他并没有分享它们,甚至开始积累它们,而拉皮奥越来越瘦,直到最后,他乞求圣人与他分享食物,拯救他免于死亡. 饥饿的- 我只会和你分享 - 圣人说 - 如果你告诉我你学到了什么拉皮奥王子知道了智者想要教他的东西,他说:
  - 正义在于平等地分享我们所拥有的一切。
  然后智者向他表示祝贺并分享了他的食物,同一天下午,一艘船从岛上接走了他们。回去的路上,他们在一座山上停了下来,一个人认出他是王子,并告诉了他。
  - 我是 Maxi,Maxiates 的首领。请帮助我们,因为我们的邻镇小黄人有问题。我们都分享肉和蔬菜,我们总是争论如何分享它们。
  - 很容易, - 拉皮奥王子回答道 - 数一数你总共有多少,然后平均分配食物。 - 他说,利用他从智者那里学到的东西。
  太子此话一出,山中传来万千欢呼声,同时出现了一群怒气冲冲的人,以问话者为首,扑向太子,将他俘虏。拉皮奥王子什么都不懂,直到他们把他锁在牢房里告诉他:
  - 你试图杀死我们的人民。如果明天黎明不解决问题,你将永远被关起来。
  事实证明,Miniatos 很小而且数量很多,而 Maxiatos 很大,但很少。因此,王子提出的解决方案会让 Maxiatos 饿死,他们会得到一小部分。
  太子明白了情况,思索了一夜。第二天早上,当被问到时,他说:
  - 不要制作相等的部分;根据每个人的饮食分配食物。让每个人都吃相同数量的食物,这样他们就会根据自己的大小进食。
  maxiatos 和 miniatos 都对这个解决方案感到高兴,在举办了一场盛大的派对并为他们准备了金子和礼物后,他们让拉皮奥王子和智者离开了。走着走着,王子说:
  - 我学到了一些新东西:给每个人同样的东西是不公平的;公平的是分配,但要考虑到每个人的不同需求。 .
  圣人满意地笑了。快到皇宫的时候,他们停在了一个小村庄。一个很穷的人接待了他们并照顾了一切,另一个同样穷的人倒在地上乞讨引起了人们的注意,第三个看起来很富有的人派了两个仆人帮助他们做任何他们需要的事情。王子在那里很舒服,所以当他离开时,他决定把感激的马克西阿托斯给他的所有金子都给他们。听到这话,穷人、喧闹的乞丐和富人跑向王子,每个人

分享到:

顶部
10/02 01:34