西班牙语学习网
Capítulo 3 En Croydon(7)
日期:2023-10-18 16:51  点击:230

—Tiene razón, monsieur Poirot. Pero convendrá usted conmigo en que no parecen gran cosa.

—Los personajes más célebres de este mundo rara vez lo parecen. iSi incluso a mí, moi, qui voUs parle, me han tomado por un peluquero!

—No me diga —exclamó Japp con una sonrisa—. Bueno, veamos a esos distinguidos arqueólogos.

Monsieur Dupont Pére declaró que la difunta le era totalmente desconocida. No se había fijado en nada de lo que pasaba durante el viaje porque estuvo comentando con su hijo un tema apasionante. No se ausentó para nada de su asiento. Efectivamente, después del almuerzo los importunó una avispa. Su hijo la mató.

Jean Dupont /confirm/ió esta declaración. No observó nada de lo que pasó en el avión. Le molestaba la avispa y la mató. ¿Que cuál era el tema que comentaban con su padre? La cerámica prehistórica de Oriente Próximo.

El señor Clancy, que entró a continuación, pasó un rato muy desagradable. Desde el punto de vista del inspector Japp, el novelista sabía demasiado sobre cerbatanas y flechas envenenadas. —¿Ha tenido usted una cerbatana alguna vez?

—Bien... yo... bueno, pues sí.

El inspector Japp se concentró en aquel punto.

—i Vaya!

El señor Clancy dio muestras de una leve agitación.

—No vaya a malinterpretarlo. Mis intenciones eran de lo más inocentes. Puedo explicárselo.

—Sí, señor. Tal vez será mejor que me lo explique.

—Pues, mire usted: me hallaba escribiendo una novela en que se cometía un crimen por ese procedimiento.

—i Vaya!

De nuevo aquel tono amenazador. El señor Clancy añadió precipitadamente:

—Todo era cuestión de huellas dactilares. Supongo que me entiende. Hacía falta una ilustración que pusiera en claro este punto. Quiero decir las huellas y su posición sobre la cerbatana. Tiene que comprenderlo. Vi uno de esos objetos, fue en Charing Cross, hará un par de años. Así que compré la cerbatana y un amigo la dibujó con las huellas dactilares para ilustrar mi punto de vista. Puedo remitirle a mi libro El caso del pétalo escarlata; y también darle las señas de mi amigo.

—¿Guarda usted la cerbatana? —Sí, sí, creo que la guardé.

—¿Dónde la tiene?

—Bueno, supongo que debo tenerla en alguna parte.

—¿Qué quiere decir usted con eso de «alguna parte»?

—Que no sé concretamente dónde estará. No soy muy ordenado.

—¿No la llevará usted encima por casualidad?

—Nada de eso. Hace más de seis meses que no he visto ese objeto.

El inspector Japp le dirigió una mirada suspicaz antes de seguir con el interrogatorio:

—¿Abandonó su asiento en el avión?

—No, ciertamente que no, al menos... bueno, sí, lo dejé.

—¿Ah, sí? ¿Y para ir adonde?


分享到:

顶部
09/29 17:28