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Capítulo X La libreta negra(4)
日期:2023-10-24 15:40  点击:223

La mujer lo miró, expresando sus dudas. Poirot le dijo sonriendo:

—Es usted un buen perro guardián, Elise. Ya veo que es una cuestión de lealtad para con su señora.

—Es la pura verdad, monsieur. Madame confiaba en mí. Desde que entré a su servicio, siempre cumplí sus instrucciones fielmente.

—¿Estaba usted agradecida por algún favor especial que le había prestado?

—Monsieur es muy listo. Sí, es cierto. No me importa confesarlo. Me dejé engañar, monsieur, me robaron mis ahorros, y había una hija de por medio. Madame se portó muy bien conmigo. Ella logró que una buena familia criase a la niña en una granja. Muy buena gente, monsieur, y una granja magnífica. Entonces me contó que ella era madre también.

—¿Le dijo la edad que tenía su hija o dónde se hallaba?

—No, monsieur. Habló de ella como de una época de su vida que estaba ya olvidada. Su hija estaba bien atendida y recibiría una educación que la haría apta para una profesión o para los negocios. Además, a su muerte, heredaría su dinero.

—¿Le dijo algo más acerca de su hija o acerca del padre de esta?

—No, monsieur, pero tengo una idea.

—Hable, mademoiselle Elise.

—No es más que una idea, no se vaya a figurar.

—Perfectamente, perfectamente.

—Tengo la idea de que el padre de la niña era un inglés.

—¿Cómo sacó usted esa conclusión?

—Por nada concreto. Unicamente se le notaba una amargura especial cuando hablaba de los británicos. Creo además que se alegraba más de lo corriente cuando caía en sus garras algún inglés. No es más que una impresión.

—Sí, pero puede sernos de gran valor. Abre la puerta a otras posibilidades. ¿Y usted, mademoiselle Elise, dice que tuvo un niño o una niña?

—Una niña. Pero murió, murió hace cinco años.

—Ah. Mis condolencias.

Hubo una pausa.

—Y ahora, mademoiselle Elise —insistió Poirot—, ¿qué es lo que hasta ahora se ha abstenido usted de decirme?

Elise se levantó y desapareció en la habitación contigua.

Al cabo de unos minutos, regresó con un librito negro muy usado.

—Este librito era de madame. Siempre lo llevaba encima. Al partir para Inglaterra no pudo encontrarlo. Lo había perdido. Tras su partida, lo encontré yo. Se le había caído detrás de la cabecera de la cama. Lo guardé para cuando regresara. Quemé los papeles en cuanto me enteré de la muerte de madame, pero no quemé el librito porque no tenía la orden de hacerlo.

—¿Cuándo se enteró de la muerte de madame?

Elise vaciló un momento.

—Se enteró usted por la policía, ¿verdad? —preguntó Poirot— Vinieron aquí a examinar sus papeles. Se encontraron con la caja vacía y les dijo usted que había quemado los papeles, pero no los quemó usted hasta que la policía se fue.


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