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Capítulo XIV En Muswell Hili(1)
日期:2023-11-08 15:45  点击:261

Capítulo XIV En Muswell Hili

Aproximadamente cuando Jane salía de la peluquería de Antoine, Norman Gale estaba diciendo en un tono amable y profesional:

—Temo que esté demasiado sensible. Avíseme si le hago daño.

Sus manos expertas manejaban la fresa eléctrica con suma pericia.

—Bueno. Ya lo tenemos. ¿Señorita Ross?

La señorita Ross se le acercó inmediatamente batiendo una mezcla blancuzca en un bol.

Norman Gale acabó el empaste.

—Déjeme ver: ¿puede venir el martes?

La paciente se enjuagó la boca apresuradamente para meterse en una prolija explicación. Lo sentía mucho, tenía que salir de Londres y tenía que cancelar su próxima cita. Ya le avisaría a su regreso.

Salió disparada del consultorio.

—Bueno —exclamó Gale—, hemos terminado por hoy.

—Lady Higginson ha telefoneado diciendo que no le será posible venir el día que le asigné para la semana próxima —le informó la señorita Ross iAh! Y el coronel Blunt tampoco puede venir el jueves.

Norman Gale asintió. Sus facciones se endurecieron.

Cada día se repetía la misma historia. La gente llamaba para anular la cita que tenía señalada, aduciendo toda clase de excusas: que si iban a ausentarse, que si se habían resfriado, que si no estarían en Londres...

Poco importaban los pretextos. La única razón que todos ocultaban Norman acababa de verla reflejada claramente en la expresión de espanto de su última cliente cuando él empuñó la fresa.

Hubiera podido describir los pensamientos de aquella mujer, tan claramente se leía en su rostro el pánico.

querida! Pues claro que estaba él en el avión cuando mataron a aquella mujer. Me pregunto si... Dicen que hay tipos que pierden la cabeza y les da por cometer los crímenes más horrendos. Realmente no me sentía segura. ¿Quién me asegura que ese hombre no sea un maníaco homicida? He oído decir que apenas se distinguen de los demás. Siempre me pareció que había a go raro en su mirada.»

—Bien, me parece que vamos a tener una semana muy tranquila, señorita Ross.

—Sí, muchos pacientes han anulado sus citas. iOh! Bueno, quizá debería tomarse un descanso, pues bastante ha trabajado este verano.

—No creo que se me presenten muchas ocasiones de cansarme este otoño. Las cosas se presentan mal.

La señorita Ross no supo qué replicar. Le salvó una llamada de teléfono, que salió a contestar a la estancia contigua.

Norman dejó el instrumental en el esterilizador, con la cabeza absorta en su situación.

Vamos a ver qué sucede. No nos andemos por las ramas. Parece que e negocio, el de mi profesión, ha terminado para mí. Lo chocante es que, mientras a Jane le va tan bien y las señoras la escuchan con la boca abierta, aquí no les gusta abrirla. iQué rara coincidencia! No sé qué tontos sentimientos se apoderan de la gente al verse en el sillón del dentista. Como si el dentista fuera a volverse loco.


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