西班牙语学习网
Capítulo XV EN BLOOMSBURY(6)
日期:2023-11-08 16:13  点击:298

—¡Maldita cerbatana! —exclamó el señor Clancy—. ¡Ojalá nunca la hubiera mencionado!

—¿Dijo usted que la compró en una tienda de Charing Cross? ¿Recuerda por casualidad el nombre de la tienda?

—¡Ah! Tal vez sea Absolom o Mitchell & Smith. No me acuerdo. Pero ya le he dicho todo esto a ese inspector latoso. A estas horas, ya debe de haberlo comprobado.

—Bien, pero yo lo pregunto por otra razón. Deseo adquirir un chisme de esos para hacer un experimento.

—¡Ah! Ya comprendo. Pero no creo que encuentre usted lo que busca. Esos objetos no se fabrican en serie, ya sabe usted.

—De todos modos, puedo intentarlo. ¿Será usted tan amable, señorita Grey, de tomar nota de esos dos nombres?

Jane abrió su cuaderno y trazó, con una soltura profesional, unos cuantos signos. Luego, como si se entretuviese con el lápiz, escribió los nombres en el reverso de la hoja, por si le hacía falta recordarlos en caso de que las instrucciones de Poirot fueran sinceras.

—Y ahora —concluyó Poirot—, ya le he robado demasiado tiempo. No tengo más que despedirme, dándole mil gracias por su amabilidad.

—No hay de qué, no hay de qué. Me gustaría que comiesen ustedes un plátano.

—Es usted muy amable.

—Nada de eso. Debo confesarles que estoy muy contento esta noche. Me había atascado en un relato corto que estoy escribiendo. La cosa no marchaba, no encontraba un nombre apropiado para el delincuente. Buscaba algo que tuviera cierto sabor. Pues bien, es cuestión de un poco de suerte, y esta noche encontré lo que buscaba sobre la puerta de una carnicería: Pargiter. Ese es el nombre que me hacía falta. Suena bien al oído y sugiere algo. Además, al cabo de cinco minutos, solucioné otro problema. Siempre hay nudos que desatar en una historia: ¿por qué no habla la muchacha? El chico quiere que hable y ella asegura que tiene los labios sellados. Nunca se encuentra una razón aceptable, claro está, para que una muchacha no lo cuente todo de sopetón, pero uno está obligado a idear algo mejor que una solemne idiotez. ¡Por desgracia, cada vez tiene que ser algo diferente!

Sonrió mirando a Jane.

—¡Las pruebas por las que ha de pasar un escritor!

Se apartó para acercarse a una librería.

—Me permitirán, al menos, que les dé una cosa.

Volvió con un libro en la mano.

—El caso del pétalo escarlata. Creo que ya conté en Croydon que este libro trata de flechas indígenas envenenadas

—Muchas gracias. Es usted muy amable.

—Nada de eso. Ya veo —advirtió de pronto, dirigiéndose a Jane—, que no usa usted el sistema taquigráfico de Pitman.

Jane se ruborizó hasta las orejas. Poirot corrió en su ayuda.

—La señorita Grey es muy moderna. Usa un sistema más reciente inventado por un checoslovaco.

—¿Qué le parece? Ha de ser un país sorprendente, Checoslovaquia. Todo parece venir de allí, zapatos, cristalería, guantes, y solo faltaba un sistema de taquigrafía. ¡Es sorprendente!

Estrechó la mano a los dos.

—Me gustaría haberle podido ser más útil.

Lo dejaron en mitad de la desordenada sala, sonriendo pensativamente tras ellos


分享到:

顶部
09/29 21:18