7
La instructora había vuelto a llamarles la atención:
—Y ahora, a ver cuáles de vosotros pueden tocarse los dedos de los pies sin doblar las rodillas —gritó la mujer con gran entusiasmo— ¡Por favor, camaradas! ¡Uno, dos! ¡Uno, dos ... !
A Winston le fastidiaba indeciblemente este ejercicio que le hacía doler todo el cuerpo y a veces le causaba golpes de tos. Ya no disfrutaba con sus meditaciones. El pasado, pensó Winston, no sólo había sido alterado, sino que estaba siendo destruido. Pues, ¿cómo iba usted a establecer el hecho más evidente si no existía más prueba que el recuerdo de su propia memoria? Trató de recordar en qué año había oído hablar por primera vez del Gran Hermano. Creía que debió de ser hacia el sesenta y tantos, pero era imposible estar seguro. Por supuesto, en los libros de historia editados por el Partido, el Gran Hermano figuraba como jefe y guardián de la Revolución desde los primeros días de ésta. Sus hazañas habían ido retrocediendo en el tiempo cada vez más y ya se extendían hasta el mundo fabuloso de los años cuarenta y treinta cuando los capitalistas, con sus extraños sombreros cilíndricos, cruzaban todavía por las calles de Londres en relucientes automóviles o en coches de caballos —pues aún quedaban vehículos de éstos—, con lados de cristal. Desde luego, se ignoraba cuánto había de cierto en esta leyenda y cuánto de inventado. Winston no podía recordar ni siquiera en qué fecha había empezado el Partido a existir. No creía haber oído la palabra «Ingsoc» antes de 1960. Pero era posible que en su forma viejolingüística es decir, «socialismo inglés»— hubiera existido antes. Todo se había desvanecido en la niebla. Sin embargo, a veces era posible poner el dedo sobre una mentira concreta. Por ejemplo, no era verdad, como pretendían los libros de historia lanzados por el Partido, que éste hubiera inventado los aeroplanos. Winston recordaba los aeroplanos desde su más temprana infancia. Pero tampoco podría probarlo. Nunca se podía probar nada. Sólo una vez en su vida había tenido en sus manos la innegable prueba documental de la falsificación de un hecho histórico. Y en aquella ocasión...
女教练又叫他们立正了。“现在看谁能碰到脚趾!”她热清地说。“从腰部向下弯,同志们,请开始。一——二!一——二!……”
温斯顿最恨这一节体操,因为这使他从脚踵到屁股都感到一阵剧痛,最后常常又引起咳嗽的发作。他原来在沉思中感到的一点点乐趣已化为乌有。他觉得,过去不但被改变了,而且被实际毁掉了。因为,如果除了你自己的记忆以外不存在任何记录,那你怎么能够确定哪怕是最明显的事实呢?他想回想一下从哪一年开始他第一次听到老大哥的名字的。他想这大概是在六十年代,但是无法确定。当然,在党史里,老大哥是从建党开始时起就一直是革命的领导人和捍卫者的。他的业绩在时间上已逐步往回推溯,一直推到四十年代和三十年代那个传奇般的年代,那时资本家们仍旧戴着他们奇形怪状的高礼帽、坐在锃亮的大汽车里或者两边镶着玻璃窗的马车里驶过伦敦的街道。无法知道,这种传说有几分是真,几分是假。温斯顿甚至记不起党的具体生日。他觉得在l960年以前没有听到过英社一词,但也很可能,这一词在老话中——即“英国社会主义”——可能在此以前就流行了。一切都融化在迷雾之中。说真的,有的时候你可以明确指出什么话是谎话。比如,党史中说,飞机是党发明的,这并不确。他从小起就记得飞机。但是你无法证明。什么证据都从来没有过。他一生之中只有一次掌握了无可置疑的证据,可以证实有一个历史事实是伪造的。而那一次——