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西语阅读 罗密欧与朱丽叶 acto 2 escena 4
日期:2013-12-01 08:12  点击:471
西语阅读 罗密欧与朱丽叶 acto 2 escena 4



ESCENA IV
Calle
BENVOLIO Y MERCUTIO
Mercutio
¿Dónde estará Romeo? ¿Pareció anoche por su casa?
Benvolio
Por casa de su padre no estuvo. Así me lo ha dicho su criado.
Mercutio
¡Válgame Dios! Esa pálida muchachuela, esa Rosalía de duras entrañas acabará por tornarle loco.
Benvolio
Teobaldo, el primo de Capuleto, ha escrito una carta al padre de Romeo.
Mercutio
Sin duda será cartel de desafío.
Benvolio
Pues Romeo es seguro que contestará.
Mercutio
Todo el mundo puede responder a una carta.
Benvolio
Quiero decir que Romeo sabrá tratar como se merece al dueño de la carta.
Mercutio
¡Pobre Romeo! Esa rubia y pálida niña le ha atravesado el corazón a estocadas, le ha traspasado los oídos con una canción de amor, y el centro del alma con las anchas flechas del volador Cupido... ¿Y quién resistirá a Teobaldo?
Benvolio
¿Quién es Teobaldo?
Mercutio
Algo más que el rey de los gatos; es el mejor y más diestro esgrimidor. Maneja la espada como tú la lengua, guardando tiempo, distancia y compás. Gran cortador de ropillas. Espadachín, espadachín de profesión, y muy enterado del inmortal passato, del punto reverso y del par.
Benvolio
¿Y qué quieres decir con eso?
Mercutio
Mala landre devore a esos nuevos elegantes que han venido con gestos y cortesías a reformar nuestras antiguas costumbres. «¡Qué buena espada, qué buen mozo, qué hermosa mujer!» Decidme, abuelos míos, ¿no es mala vergüenza que estemos llenos de estos moscones extranjeros, estos pardonnez moi, tan ufanos con sus nuevas galas y tan despreciadores de lo antiguo? ¡Oh, necedad insigne! (Sale Romeo)
Benvolio
¡Aquí tienes a Romeo! ¡Aquí tienes a Romeo!
Mercutio
Bien roma trae el alma. No eres carne ni pescado. ¡Oh materia digna de los versos del Petrarca! Comparada con su amor Laura era una fregona, sino que tuvo mejor poeta que la celebrase; Dido una zagala, Cleopatra una gitana, Hero y Elena dos rameras, y Tisbe, a pesar de sus negros ojos, no podría competir con la suya. Bon jour, Romeo. Saludo francés corresponde a vuestras calzas francesas. Anoche nos dejaste en blanco.
Romeo
¿Qué dices de dejar en blanco?
Mercutio
Que te despediste a la francesa. ¿Lo entiendes ahora?
Romeo
Perdón. Mercutio. Tenía algo que hacer, y no estaba el tiempo para cortesías.
Mercutio
¿De suerte que tú también las usas a veces y doblas las rodillas?
Romeo
Luego no soy descortés, porque eso es hacer genuflexiones.
Mercutio
Dices bien.
Romeo
Pero aquello de que hablábamos es cortesía y no genuflexión.
Mercutio
Es que yo soy la flor de la cortesía.
Romeo
¿Cómo no dices la flor y nata?
Mercutio
Porque la nata la dejo para ti.
Romeo
Cállate.
Mercutio
¿Y no es mejor esto que andar en lamentaciones exóticas? Ahora te reconozco: eres Romeo, nuestro antiguo y buen amigo. Andabas hecho un necio con ese amor insensato. (Salen Pedro y el Ama)
Mercutio
Vela, vela.
Benvolio
Y son dos: una saya y un sayal.
Ama
¡Pedro!
Pedro
¿Qué?
Ama
Tráeme el abanico.
Mercutio
Dáselo, Pedro, que siempre será más agradable mirar su abanico que su cara.
Ama
Buenas tardes, señores.
Mercutio
Buenas tardes, hermosa dama.
Ama
¿Pues hemos llegado a la tarde?
Mercutio
No, pero la mano lasciva del reloj está señalando las doce.
Ama
¡Jesús, qué hombre!
Mercutio
Un hombre que Dios crió, para que luego echase él mismo a perder la obra divina.
Ama
Bien dicho. Para que echase su obra a perder... ¿Pero me podría decir alguno de vosotros dónde está el joven Romeo?
Romeo
Yo te lo podré decir, y por cierto que ese joven será ya más viejo cuando le encontréis, que cuando empezabais a buscarlo. Yo soy Romeo, a falta de otro más joven.
Ama
¿Lo decís de veras?
Mercutio
¿Conque a falta de otro mejor, os parece joven? Discretamente lo entendéis.
Ama
Si verdaderaraente sois Romeo, tengo que deciros secretamente una palabra.
Benvolio
Si querrá citarle para esta noche...
Mercutio
¿Es una alcahueta, una perra?... ¡Oh, oh!...
Romeo
¿Qué ruido es ese?
Mercutio
No es que haya encontrado yo ninguna liebre, ni es cosa de seguir la liebre, aunque como dice el cantar: «En cuaresma bien se puede comer una liebre vieja, pero tan vieja llega a podrirse, si se la guarda, que no hay quien la pueda mascar». ¿Vas a casa de tu padre, Romeo? Allá iremos a comer.
Romeo
Voy con vosotros.
Mercutio
Adiós, hermosa vieja; hermosa, hermosa, hermosa.
(Vanse él y Benvolio)
Ama
Bendito sea Dios, que ya se fue éste. ¿Me podríais decir (a Romeo) quién es este majadero, tan pagado de sus chistes?
Romeo
Ama, es un amigo mío que se escucha a sí mismo y gusta de reírse sus gracias y que habla más en una hora que lo que escuchas tú en un mes.
Ama
Pues si se atreve a hablar mal de mí, él me lo pagará, aunque vengan en su ayuda otros veinte de su calaña. Y si yo misma no puedo, otros sacarán la cara por mí. Pues no faltaba más. ¡El grandísimo impertinente! ¿Si creerá que yo soy una mujer de esas?... Y tú (a Pedro) que estás ahí tan reposado, y dejas que cualquiera me insulte.
Pedro
Yo no he visto que nadie os insulte, porque si lo viera, no tardaría un minuto en sacar mi espada. Nadie me gana en valor cuando mi causa es justa, y cuando me favorece la ley. Ama ¡Válgame Dios! todavía me dura el enojo y las carnes me tiemblan... Una palabra sola, caballero. Corno iba diciendo, mi señorita me manda con un recado para vos. No voy a repetiros todo lo que me ha dicho. Pero si vuestro objeto es engañarla, ciertamente que será cosa indigna, porque mi señorita es una muchacha joven, y el engañarla sería muy mala obra, y no tendría perdón de Dios.
Romeo
Ama, puedes jurar a tu señora que...
Ama
¡Bien, bien, así se lo diré, y ha de alegrarse mucho!...
Romeo
¿Y qué le va s a decir, si todavía no me has oído nada?
Ama
Le diré que protestáis, lo cual, a fe mía, es obrar como caballero.
Romeo
Dile que invente algún pretexto para ir esta tarde a confesarse al convento de fray Lorenzo, y él nos confesará y casará. Toma este regalo.
Ama
No aceptaré ni un dinero, señor mío.
Romeo
Yo te lo mando.
Ama
¿Conque esta tarde? Pues no faltará.
Romeo
Espérame detrás de las tapias del convento, y antes de una hora, mi criado te llevará una escala de cuerdas para poder yo subir por ella hasta la cima de mi felicidad. Adiós y seme fiel. Yo te lo premiaré todo. Mis recuerdos a Julieta.
Ama
Bendito seáis. Una palabra más.
Romeo
¿Qué, ama?
Ama
¿Es de fiar vuestro criado? ¿Nunca oísteis que a nadie fía sus secretos el varón prudente?
Romeo
Mi criado es fiel como el oro.
Ama
Bien, caballero. No hay señorita más hermosa que la mía. ¡Y si la hubierais conocido cuando pequeña!... ¡Ah! Por cierto que hay en la ciudad un tal Paris que de buena gana la abordaría. Pero ella, bendita sea su alma, más quisiera a un sapo feísimo que a él. A veces me divierto en enojarla, diciéndole que Paris es mejor mozo que vos, y ¡si vierais cómo se pone entonces! Más pálida que la cera. Decidme ahora: ¿Romero y Romeo no tienen la misma letra inicial?
Romeo
Verdad es que ambos empiezan por R.
Ama
Eso es burla. Yo sé que vuestro nombre empieza con otra letra menos áspera... ¡Si vierais qué graciosos equívocos hace con vuestro nombre y con Romero! Gusto os diera oírla.
Romeo
Recuerdos a Julieta.
Ama
Sí que se los daré mil veces. ¡Pedro!
Pedro
¡Qué!
Ama
Torna el abanico, y guíame.






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