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3只高脚帽 第二幕3
日期:2011-05-16 05:00  点击:519

3只高脚帽 第二幕3

 


(Pero buby se ha levantado y se interpone ante la puerta cerrando el paso a paula. Ha cambiado completamente de expresión y habla a paula en tono apremiante.)
 
buby.   ¿Algo?
paula. (Disgustada.) ¡Oh, Buby...!
buby.  (Más enérgico.) ¿Algo?
paula. Él es un compañero... ¡Él trabajará con nosotros...!
buby. ¿Y qué importa eso? ¡Ya lo sé! Pero los compañeros también a veces tienen dinero... (En voz baja.) Y nosotros necesitamos el dinero esta misma noche... Tú lo sabes... Debemos todo... ¡Es necesario ese dinero, Paula...! ¡Si no, todo está perdido...!
paula. Pero él es un compañero... Ha sido una mala suerte... Debes comprenderlo, Buby...
 
(Se   sienta.   Y buby también.   Pequeña pausa.)
 
buby. Realmente ha sido una mala suerte que esta habitación estuviese ocupada por un lindo compañero... Porque él es lindo, ¿verdad? (Siempre irónico, burlón y sentimental.) Sí. Yo sé que es lindo... ¡Ha sido una mala suerte!... No es nada fácil descorrer un pestillo por dentro y hacer una buena escena para encontrarse con que dentro de la habitación no hay un buen viajero gordo con papel en la cartera, sino un mal malabarista sin lastre en el chalequito... Verdaderamente ha sido una mala suerte...
paula. Buby... Esto que hacemos no es del todo divertido...
buby. No. Francamente, no es del todo divertido, ¿verdad? ¡Pero qué vamos a hacerle!... El negro Buby no sabe bailar bien... ¡Y vosotras bailáis demasiado mal!... (En este momento, en la habitación de al lado, el coro de viejos extrañosempieza a cantar, muy en plan de orfeón, «El relicario». Unos segundos, solamente. Sobre las últimas voces, ya muy piano, sigue hablando buby.) Es difícil bailar, ¿no?... Duelen las piernas siempre y, al terminar, el corazón se siente fatigado... Y, sin embargo, a alguna cosa se tienen que dedicar las bonitas muchachas soñadoras cuando no quieren pasarse la vida en el taller, o en la fábrica, o en el almacén de ropas. El teatro es lindo, ¿verdad? ¡Hay libertad para todo! Los padres se han quedado en la casita, allá lejos, con su miseria y sus penas, con su puchero en el fuego... No hay que cuidar a los hermanitos, que son muchos y que lloran siempre. ¡La máquina de coser se quedó en aquel rincón! Pero bailar es difícil, ¿verdad, Paula?... Y los empresarios no pagan con exceso a aquellos artistas que no gustan lo suficiente... ¡El dinero nunca llega para nada!... ¡Y las muchachas lindas se mueren de dolor cuando su sombrero se ha quedado cursi! ¡La muerte antes que un sombrero cursi! ¡¡La muerte antes que un trajecito barato!! ¡¡¡Y la vida entera por un abrigo de piel!!! (Dentro, el coro de viejos extrañosvuelve a cantar algunos compases de «El relicario».) ¿Verdad, Paula? Sí. Paula ya sabe de eso... Y es tan fácil que una muchacha bonita entre huyendo de su novio en el cuarto de un señor que se dispone a dormir... ¡Es muy aburrido dormir solo en el cuarto de un hotel! Y los gordos señores se compadecen siempre de las muchachas que huyen de los negros y hasta, a veces, les suelen regalar billetes de un bravo color cuando las muchachas son cariñosas... Y un beso no tiene importancia... Ni dos, tampoco..., ¿verdad? Y después... ¡Ah, después, si ellos se sienten defraudados, no es fácil que protesten!... ¡Los gordos burgueses no quieren escándalos cuando saben además, que un negro es amigo de la chica!... ¡Un negro con buenos puños que los golpearía si intentasen propasarse!...
paula. ¡Pero él no es un gordo señor! ¡Él es un compañero!
buby. (Mirando hacia la puerta de la izquierda.) ¡Calla!
 
(Y el anciano militar y fanny salen cogidos del brazo y paseando. fanny lleva colgada en el pecho una de las cruces de el anciano militar.)
 
el anciano militar. Señorita, ya le he regalado a usted esa preciosa cruz.... Espero que ahora me dará usted una esperanza... ¿Quiere usted escaparse conmigo...?
fanny.   Yo quiero otra cruz...
el anciano militar. Pero eso es imposible, señorita. Comprenda usted el sacrificio que he hecho ya dándole una... Me ha costado mucho trabajo ganarlas... Me acuerdo que una vez, luchando con los indios sioux...
fanny.   Pues yo quiero otra cruz...
el anciano militar. Vamos, señorita... Dejemos esto y conteste a mis súplicas... ¿Consiente usted en escaparse conmigo?
fanny. Yo quiero que me regale usted otra cruz...
 
(Han cruzado la escena hasta llegar al balcón, vuelven a cruzarla en sentido contrario, y ahora desaparecen por donde entraron.)
 
buby. Realmente ha sido una mala suerte encontrar un compañero en la habitación de al lado... Pero Paula, las cosas aún se pueden arreglar... ¡La vida es buena! ¡Ha surgido lo que no pensábamos! ¡Un pequeño baile en el hotel! ¡Unos señores que os invitan...! Paula, entre estos señores los hay que tienen dinero... Mira a Fanny. Fanny es lista... Fanny no pierde el tiempo... El militar tiene cruces de oro y hasta cruces con brillantes... Y hay también un rico señor que quiere bailar contigo..., que cien veces te ha invitado para que bailes con él...
paula.   ¡Es un odioso señor...!
buby.   La linda Paula debía bailar con ese caballero... ¡Y Buby estaría más alegre que el gorrioncillo en la acacia y el quetzal en el ombú!
paula. (Sonriendo, divertida.) Eres un cínico, Buby...
buby. ¡Oh, Buby siempre es un cínico porque da buenos consejos a las muchachas que van con él! (Con ironía.) ¿O es que te gusta el malabarista?
paula.   No sé.

buby. Sería triste que te enamorases de él. Las muchachas como vosotras no deben enamorarse de aquellos hombres que no regalan joyas ni bonitas pulseras

 


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