El discípulo entra en la sala de clase. Él va a su banco y se sienta. Suena la campanilla y principia la lección de español. El maestro pregunta. El discípulo se levanta y responde. Él se sienta, abre su libro y lee una frase, dos frases. Él cierra su libro y repite las frases. Él habla alto y distintamente. Algunas veces habla bajo e indistintamente. Otras veces habla muy lentamente porque no ha estudiado su lección con diligencia.
Hace calor en la sala de clase y un discípulo abre la ventana. Él abre también la puerta. Ahora hace demasiado frío y otro discípulo cierra la ventana y la puerta. Él escribe con la pluma o con el lápiz lo que dicta el maestro. Él va a la pizarra y escribe con la tiza en la pizarra. Después la limpia y va a su banco, se sienta y copia lo que está escrito en la pizarra.