El 27 de julio de 1900, en New Heaven, Estados Unidos, surgiría un nuevo alimento cuyo diseño se atribuye al cocinero estadounidense Louis Lessing y que con el tiempo se convertiría en símbolo de la comida estadounidense: rápido de preparar, y de comer sin ensuciarse las manos.
Tuvieron que pasar sin embargo muchos más años antes de que la hamburguesa se convirtiera en lo que es ahora: un filete de carne picada entre dos panes y con una hoja de lechuga u otros vegetales. En un inicio, a pesar de que se hacían populares, la gente siguió prefiriendo la pizza y el pollo frito.
Pero en 1930 Walter Anderson fundó la primera red de cafés donde era servido este plato, por lo que las hamburguesas se hicieron más conocidas y deseadas, luego su precio disminuyó y ello benefició aún más su fama. El mundo las conoció después que el 15 de mayo de 1940 los hermanos Dick y Mac McDonald abrieran el primer restaurante McDonald's, sobre la Ruta 66, en California.
La calidad nutricional y calórica de este alimento aún causa polémica, a pesar de que al comienzo de los años 30 el bioquímico estadounidense Jesse Francis McClendon realizó un curioso experimento: durante 3 meses mantuvo a un estudiante comiendo únicamente hamburguesas y bebiendo agua. La conclusión de su estudio indicó que esta dieta no hace ningún mal al organismo humano.
La hamburguesa más grande fue preparada el 3 de septiembre de 2010 en Serbia: el filete eran 51 kilos de carne picada entre 29 kilos de pan.
¿El nombre tiene que ver algo con la ciudad de Hamburgo, en Alemania? Sí. Los inmigrantes alemanes habían introducido en el siglo XIX un innovador platillo conocido como "filete estadounidense al estilo Hamburgo", del cual derivaría la nueva preparación.