Antes de la llegada de los romanos, en la península Ibérica había varias lenguas o idiomas. Pero el latín, que era la lengua en la que se expresaban los romanos, logró imponerse a las demás, excepto al vasco o eusquera, que siguió utilizándose en ambos lados del Pirineo occidental. Con el paso de los a?os, el latín hablado por la gente poco culta fue transformándose tanto, en las distintas zonas, que terminó por convertirse en diferentes dialectos: gallego, astur-leonés, navarro-riojano, castellano, aragonés, catalán y mozárabe. Motivos políticos, culturales y económicos convirtieron a tres de ellos en lenguas: el gallego, en el noroeste de la península; el catalán, en la zona catalana y levantina; y el castellano, en Castilla. Actualmente todas las lenguas de Espa?a son lenguas oficiales: el castellano lo es de todo el Estado; las demás son oficiales, junto con el espa?ol, en sus respectivas comunidades autónomas.