西语阅读:《一千零一夜》连载二十六 b
PERO CUANDO LLEGÓ LA 295 NOCHE
Ella dijo:
... apresuróse a volver a casa de Sindbad el Marino, que le recibió con aire afable, y le dijo: “Séate cosa fácil la amistad aquí! ¡Y la confianza sea contigo!” y el cargador quiso besarle la mano, y al ver que Sindbad no consentía en ello, de dijo:
“¡Dilate Alah tus días y consolide sobre ti sus beneficios!” Y como ya habían llegado los demás invitados, comenzaron por sentarse en torno del mantel extendido en que vertían su grasa los corderos asados y se doraban las pollos rellenos deliciosamente con pastas de alfónsigos, de nueces y de uvas. Y comieron, y bebieron, y se divirtieron, y se regalaron el espíritu y el oído escuchando cantar a los instrumentos bajo los dedos expertos de sus tañedores.
Cuando acabaron, habló Sindbad en estos términos en medio del silencio de los convidados: