Y CUANDO LLEGÓ LA TERCERA NOCHE
Daniazada dijo: “Hermana mía, te suplico que termines tu relato.” Y Schahrazada contestó: “Con toda la generosidad y simpatía de mi corazón.” Y prosiguió después:
He llegado a saber, ¡oh rey afortunado! que, cuando el tercer jeique contó al efrit el más asombroso de los tres cuentos, el efrit se maravilló mucho, y emocionado y placentero, dijo: “Concedo el resto de la sangre por que había de redimirse el crímen, y dejo en libertad al mercader.”
Entonces el mercader, contentísimo, salió al encuentro de los jeiques y les dio miles de gracias. Ellos, a su vez, le felicitaron por el indulto. Y cada cual regresó a su país.
“Pero -añadió Schahrazada- es más asombrosa la historia del pescador.”
Y el rey dijo a Schahrazada: “¿Qué historia del pescador es esa?”