Muchos pescadores estaban en torno al bote mirando a lo que traía amarrado al costado, y uno estaba metido en el agua, con los pantalones remangados, midiendo el esqueleto con un tramo de sedal.
El muchacho no bajó a la orilla. Ya había estado allí y uno de los pescadores cuidaba el bote en su lugar.
-¿Cómo está el viejo? -gritó uno de los pescadores.
-Durmiendo -respondió gritando el muchacho. No le importaba que lo vieran llorar-. Que nadie lo moleste.
-Tenía dieciocho pies de la nariz a la cola -gritó el pescador que lo estaba midiendo.
-Lo creo -dijo el muchacho.
Entró en la Terraza y pidió una lata de café.
-Caliente y con bastante leche y azúcar.
-¿Algo más?
-No. Después veré qué puede comer.
-¡Ése si que era un pez! -dijo el propietario-. Jamás ha habido uno igual. También los dos que ustedes cogieron ayer eran buenos.
好多渔夫都围着那只船。望着绑在船舷的那个庞大骨架。一个卷着裤脚管站在水里的渔夫,用一根长绳子在量死鱼的骨胳。孩子站在坡上望着并没有下去,他早已到那去过,这时,一个打鱼的正在替他守着那只船哩。
“他在干啥呢?”一个渔夫大声地问。
“睡觉呢,”孩子也大声回答。人们看见他在哭,他也毫不在乎。“谁都别去惊醒他。”
“这条鱼,从鼻子到尾巴足有十八英尺长呢?”用绳子量鱼的渔夫嚷着说。
“我信,”孩子说。
他走到海滨酒馆去,要了一罐咖啡。
“要滚烫的,多放些牛奶和糖。”
“还要点什么?”
“不要啦。过一会儿我再问他想吃什么。”
“多么大的鱼啊,”酒店老板说。“从来没见过这么大的鱼。你昨天捉到的两条也不算小啊!”