¡Al diablo con ellos! -dijo el muchacho y empezó a llorar nuevamente.
-¿Quieres un trago de algo? -preguntó el dueño.
-No -dijo el muchacho-. Dígales que no se preocupen por Santiago. Vuelvo enseguida.
-Dile que lo siento mucho.
-Gracias -dijo el muchacho.
El muchacho llevó la lata de café caliente a la choza del viejo y se sentó junto a él hasta que despertó. Una vez pareció que iba a despertarse. Pero había vuelto a caer en su sueño profundo y el muchacho había ido al otro lado del camino a buscar leña para calentar el café.
Finalmente el viejo despertó.
-No se levante -dijo el muchacho-. Tómese esto -le echó un poco de café en un vaso.
El viejo cogió el vaso y bebió el café.
-Me derrotaron, Manolín -dijo-. Me derrotaron de verdad.
-No. Él no. Él no lo derrotó.
-No. Verdaderamente. Fue después.
“我的鱼,见它的鬼吧。”孩子说着又哭了起来。
“你想喝点什么?”老板问他。
“不。”孩子说,“对他们说一声,请别去打扰桑提亚哥老大
爷。我回去了。”
“告诉他,我很挂念他。”
“谢谢你。”孩子说。
孩子把一罐热咖啡送到老人的茅棚里去。坐在一旁等老人醒来。有一回他好像要醒过来了,可是又沉沉的睡去。孩子跨过大路去借一点木柴,把咖啡再热一热。
老人醒了。
“别起来,你还是躺着吧,”孩子说,“先喝咖啡吧。”他把咖啡倒在玻璃杯里,递给老人。老人接过咖啡一口气喝下。
“它们把我打败啦,”桑提亚哥说,“真的,它们的确打败了我。”
“没有,它没有打败你。那条鱼没有打败你。
”
“是的。的确没有。可是后来鲨鱼打败了我。”