tantas horas: me alegro de que los árboles se estiren
como quien sale de la cama; me alegro de que los
carros tengan gasolina y yo tenga amor; me alegro de
que éste sea el día 26 del mes; me alegro de que no
nos hayamos muerto.
Me alegro de que haya gentes tristes, como esa
muchacha que podría quererme si no quisiera a
otro. Me alegro del bueno de Dios que me deja
alegrarme.
?Tilín, pirrín! Yo estoy alegre: quiero hacerlo todo. No
emborracharme con este vaso de tequila sino curar tu
alma. Pararme de cabeza para que rías. Sacarte la
lengua para que te aprietes la barriga.
Te muerdo debajo de la oreja, te ensalivo el pezón
izquierdo, y sé que estoy cerca de tu corazón,
ciertamente.
Mira, día: vamos a ser buenos amigos. No daré nada
a nadie. Seré generoso: me arrodillaré en una
esquina y extenderé mis manos abiertas. Que me
den un centavo el sol, el hombre que pasa, las
ni?as que van a la escuela y hasta las viejecitas que
vienen de la iglesia. Quiero ser bueno, como el que
acaba de salir de la cárcel.
?Salud, esqueletos!