En la infancia, nuestro cerebro se encuentra en su estado más maleable y aprender resulta fácil. De hecho, hay ciertos conocimientos que si no se aprenden a una edad temprana, como el dominio de un idioma o el oído absoluto (capacidad de identificar cualquier nota musical por su sonido), no se pueden aprender más tarde en la vida. Ahora, investigadores han encontrado la manera de que el cerebro adulto se comporte como el de un niño.
Un equipo de investigadores internacionales, descubrieron que el valproato o ácido valproico (VPA), actualmente en el mercado con el nombre de Depakine, un medicamento recomendado en casos de epilepsia, migraña, depresión e incluso Alzheimer, incrementa la plasticidad del cerebro y aumenta su capacidad de absorción y retención de la información.
El periodo crítico de aprendizaje es un lapso de tiempo definido que ocurre a una edad temprana durante el cual las experiencias tienen consecuencias duraderas en el comportamiento y el desarrollo mental. El investigador Takao Hensh, de la Universidad de Harvard, buscó la manera de recrear este periodo en adultos. La prueba definitiva era adquirir un oído absoluto, pues nunca un adulto ha logrado obtenerlo.
Administró a un grupo de adultos sin entrenamiento musical altas dosis de valproato y a un segundo grupo un placebo. Posteriormente, les pidió que realizaran varios ejercicios para entrenar el oído a reconocer los diferentes tonos. Aquellos que tomaron la droga alcanzaron puntaciones altas en la prueba del oído absoluto. Aquellos que recibieron el placebo, aunque atendieron a las mismas clases, alcanzaron calificaciones mucho más bajas.
Si bien el medicamento devuelve a los adultos la capacidad de aprender como niños, provoca varios efectos secundarios como la pérdida de apetito, dolor estomacal, fiebre, tos, dolor de garganta, dolor muscular y un aumento súbito y masivo de peso.