Pero los fantasmas no se dejan ver fácilmente, y además son muy escurridizos. Solo después de muchos intentos fallidos, encontró un fantasma despistado flotando en el bosque. Se acercó con cuidado, preparó sus trampas, y saltó sobre él.
La lucha pareció terrible, hasta que Patizombi se dio cuenta de que estaba luchando él solo contra una sábana pegajosa que le tenía atrapado.
- ?Ja, ja, ja, ja! ?Has caído en mi trampa, malvado zombi!- rió un fantasma saliendo de su escodite.
- Ah, fantasma malvado- respondió. -Algún día te atraparé yo a ti.
- !No, no, no, no y no! - dijo muy ofendido el fantasma-. Disculpa, pero yo soy un fantasma bueno, y me dedico a cazar zombis malvados.
- ?Eso sí que no!- protestó Patizombi- porque yo soy un zombi bueno, y soy yo quien caza fantasmas malvados.
Después de discutir un buen rato, comprendieron que ambos decían la verdad. Les pareció divertido y se hicieron amigos.
- Así que no todos los fantasmas son malvados…- Ni todos los zombis…
- Pues podríamos unirnos para cazar ogros.
Y fueron formando equipo hasta las monta?as, donde se escondían los peores ogros. Trabajando juntos rápidamente encontraron el rastro de un ogro que los llevó hasta una cueva. Como el ogro había salido, prepararon una trampa, pero mientras lo hacían una enorme piedra cerró la entrada, dejándolos atrapados.
- ?Jo, jo, jo, jo! ?Qué fácil ha sido atrapar a ese malvado zombi y su socio el fantasma!