De entre todos sus juegos, había uno que le gustaba especialmente. En él guiaba a un personaje recogiendo tortuguitas por infinidad de niveles y pantallas. En aquel juego era todo un experto; posiblemente no hubiera nadie en el mundo que hubiera conseguido tantas tortuguitas, pero él seguía queriendo más y más y más....
Un día, al llegar del cole, todo fue diferente. Nada más entrar corrió como siempre hacia su cuarto, pero al encender el ordenador, se oyeron unos ruidos extra?os, como de cristales rotos, y de pronto se abrió la pantalla del monitor, y de su interior empezaron a surgir decenas, cientos y miles de peque?as tortuguitas que llenaron por completo cada centímetro de la habitación. Alberto estaba inmóvil, sin llegar a creer que aquello pudiera estar pasando, pero tras pellizcarse hasta hacerse da?o, apagar y encender mil veces el ordenador, y llamar a sus padres para comprobar si estaba so?ando, resultó que tuvo que aceptar que ese día en su casa algo raro estaba sucediendo.
Sus padres se llevaron las manos a la cabeza al enterarse, pero viendo que las tortuguitas no iban más allá de la habitación de Alberto, pensaron que sería cosa suya, y decidieron que fuera él quien las cuidara y se hiciera cargo de ellas.
Cuidar miles de tortuguitas de un día para otro, y sin haberlo hecho nunca, no era tarea fácil. Durante los días siguientes Alberto se dedicó a aprender todo lo relativo a las tortugas; estudió sus comidas y costumbres, y comenzó a ingeniárselas para darles de comer. También trató de enga?arlas para que dejaran su cuarto, pero no lo consiguió, y poco a poco fue acostumbrándose a vivir entre tortugas, hasta el punto de disfrutar con sus juegos, ense?arles trucos y conocerlas por sus nombres, a pesar de que conseguir tanta comida y limpiar todo el día apenas le dejaba tiempo libre para nada. Y todos, tanto sus padres como sus amigos y profesores, disfrutaban escuchando las historias de Alberto y sus muchos conocimientos sobre la naturaleza.
Hasta que llegó un día en que no se acordaba de su querido ordenador. Realmente disfrutaba más viviendo junto a sus tortugas, aprendiendo y observando sus peque?as historias, saliendo al campo a estudiarlas, y sintiéndose feliz por formar parte de su mundo. Ese mismo día, tal y como habían venido, las tortuguitas desaparecieron. Al saberlo, sus padres temieron que volviera a sus juegos, cuando era mucho más triste y gru?ón, pero no fue así. Alberto no soltó una lágrima, ni perdió un minuto buscando tortugas entre los cables y chips del ordenador, sino que tomando la hucha con sus ahorros, salió como un rayo a la tienda de mascotas. Y de allí volvió con una tortuga, y algún que otro animal nuevo, a quien estaba dispuesto a aprender a cuidar.
Y aún hoy Alberto sigue aprendiendo y descubriendo cosas nuevas sobre la naturaleza y los animales, incluso utilizando el ordenador, pero cada vez que alguien le pregunta, se?ala a sus animalitos diciendo, "ellos sí que son mi puerta la mundo, y en ellos hay mucho más de lo que pensáis".
阿尔贝托是一个渴望电脑和游戏的孩子。他可以在屏幕前度过几个小时,即使他的父母认为这是不可能的,但他真的很享受所有的游戏时间。他几乎没有从椅子上移开,但当他们告诉他,当其他人鼓励他离开那个地方去发现这个世界时,他回答说:“这是我通往世界的大门,这里比你想象的要多得多”。
在他所有的游戏中,有一个是他特别喜欢的。在里面,他引导着一个收集小乌龟的角色穿越了无数的关卡和画面。在那场比赛中,他是一位专家。可能世界上没有人养过这么多小乌龟,他却越想越想要……有一天,当我放学回家时,一切都不一样了。他一进门就像往常一样往自己的房间跑去,但是一打开电脑,就听到了奇怪的声音,像是玻璃碎了一样,顿时监控屏幕打开了,数以万计的画面开始浮现出来。里面。小乌龟完全填满了房间的每一寸。阿尔贝托一动不动,不相信会发生这种事,但在把自己捏到伤到自己,开关电脑千百次,打电话给父母确认他是不是在做梦之后,结果他不得不接受那天在他家里发生了一些奇怪的事情。
他的父母知道后举手捂住了头,但看到小乌龟并没有越过阿尔贝托的房间,他们认为这是他们的事,他们决定由他来照顾他们。照顾他们。
一天到晚照顾成千上万只小乌龟,而且从来没有做过,这不是一件容易的事。在接下来的几天里,阿尔贝托致力于学习与海龟有关的一切。他研究了他们的食物和习俗,并开始弄清楚如何喂养他们。他还试图诱骗他们离开他的房间,但他没有成功,他逐渐习惯了生活在海龟中,以至于享受他们的游戏,教他们把戏,知道他们的名字,尽管得到了这么多的食物. 并且整天打扫卫生几乎没有让她有空闲时间做任何事情。每个人,包括他的父母、他的朋友和老师,都喜欢听阿尔贝托的故事和他对自然的许多知识。
直到有一天,他不记得他心爱的电脑。她真的很喜欢和她的乌龟一起生活,学习和观察他们的小故事,去野外研究它们,并为成为他们世界的一部分而感到高兴。就在同一天,它们刚来,乌龟就消失了。知道这一点后,他的父母担心他会在他更伤心、更脾气暴躁的时候重返赛场,但他没有。阿尔贝托没有流下眼泪,也没有浪费一分钟在电缆和计算机芯片中寻找乌龟,而是带着他的积蓄拿着存钱罐,闪电般地去了宠物店。从那里他带着一只乌龟和其他一些他愿意学习照顾的新动物回来了。
即使在今天,阿尔贝托仍在继续学习和发现关于自然和动物的新事物,甚至使用电脑,但每次有人问他时,他都会指着他的小动物说:“它们真的是我通往世界的大门,在它们里面比你想象的要多得多。”