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西班牙语阅读:El comerciante sin suerte

时间:2022-06-28来源:互联网  进入西班牙语论坛
核心提示:  Haba una vez un comerciante que despus de unos malos negocios, se lamentaba de su mala suerte. Un viajero que pasaba
(单词翻译:双击或拖选)
   Había una vez un comerciante que después de unos malos negocios, se lamentaba de su mala suerte. Un viajero que pasaba por allí le preguntó qué le apenaba, y al oír que era un hombre con muy mala suerte, abrió el saco que llevaba y sacó un extra?o artilugio, formado por dos vasos de cristal unidos por la mitad, decorados con extra?os dibujos, uno verde y otro rojo, en cada uno de los cuales había unas raras semillas del mismo color que su vaso.
  - Pues precisamente has tenido mucha suerte al encontrarme -dijo el hombre-. Esto es justo lo que necesitas: unas vasijas de la suerte.
  Y ante el asombro del mercader, le explicó que aquellas semillas eran las semillas de la suerte; las de la buena suerte, las verdes, y las de la mala suerte, las rojas. Nunca podían separarse las vasijas, y cuando alguna de ellas se llenaba, provocaba múltiples sucesos de buena o mala suerte, según se hubieran desbordado unas semillas u otras.
  El comerciante, ilusionado, agradeció el regalo, sin llegar apenas a escuchar las últimas palabras del viajero, advirtiéndole lo difícil que era utilizar aquellas vasijas. Esperanzado, examinó con cuidado las semillas verdes, las de la buena suerte. Aunque no le eran familiares, estabaseguro de poder encontrar alguien a quien comprarle varias vasijas, así que cubrió la boca del tarro con sumo cuidado, evitando que se pudieran caer por descuido.
  Luego miró las semillas rojas, y pensó que la forma más segura de evitar que se llenara el vaso rojo era vaciarlo allí mismo; así lo hizo y siguió su camino. Poco después, se cruzó con una mujer que al ver sus vasijas debió reconocerlas, porque corrió a pedirle un buen pu?ado de semillas. El comerciante se negó rotundamente, y la mujer se fue maldiciendo entre dientes. "Qué quiere que haga", pensó apesadumbrado ,"no puedo renunciar a mi buena suerte", y siguió su camino, donde volvió a tener más encuentros similares.
  Según pasaba el tiempo, el comerciante descubrió que el vaso rojo se llenaba solo. Le pareció más o menos lógico, porque si no las vasijas no tendrían mucha gracia, así que cada poco tiempo se paraba a vaciarlo y seguía su camino.
  Pero llegó un momento en que el vaso se llenaba tan rápido, que casi no podía vaciarlo, y finalmente, se desbordó.
  "Buena la he hecho", pensó el mercader, "lo único que me falta es otro montón de mala suerte". Entonces miró a lo largo del camino, y vio que las semillas que había ido arrojando se habían convertido en plantas malignas que acabaron con los sembrados y los pastos de toda la zona. Los aldeanos del lugar al verlo, buscaron enfurecidos al culpable, y el mercader casi había conseguido librarse cuando la mujer con la que no compartió sus semillas verdes le delató, y el hombre huyó corriendo del pueblo entre golpes y porrazos.
  ?se sólo fue el principio de la multitud de desgracias que le tocó sufrir al mercader. Realmente, las vasijas tenían mucho poder y todo se volvió en su contra. En sólo 3 días trató de librarse de las vasijas cien veces, pero como aquello no terminó con su mala suerte, tuvo que volver por ellas y buscar la forma de llenar el vaso verde, y de no dejar caer ni una semilla roja más. Así que cambió la tapa del tarro verde al rojo, para descubrir con horror que la mayor parte de las semillas verdes habían desaparecido...
  Y mientras lamentaba su mala fortuna, se detuvo a mirar los dibujos de las vasijas. Eran como unas instrucciones, en las que siempre se veía el vaso rojo cerrado y el verde totalmente abierto, y parecía que cualquiera pudiera tomar cuantas semillas verdes quisiera.
  Decidió seguir su viaje de esa forma, y al encontrarse con un hombre que le pidió algunas de sus semillas, esta vez le dejó servirse libremente. Y su suerte cambió, porque en ese instante aparecieron los aldeanos que aún le perseguían, pero su nuevo amigo le ayudó a escapar, y les dirigió en dirección contraria. Cosas parecidas volvieron a ocurrir con muchos otros que encontró en el camino, hasta que el comerciante comprobó que en lugar de vaciarse, cada vez que regalaba las semillas verdes el vaso se llenaba más, hasta que tras ofrecer semillas a todo el mundo, el vaso llegó a desbordarse.
  Y efectivamente, la buena suerte se quedó con él y comenzaron a ocurrirle cosas maravillosas; uno de aquellos a quienes había ayudado resultó ser un hombre muy rico, que agradecido le llenó de lujos y regalos; otros le consideraban tan bueno que le propusieron para alcalde, y así una y otra vez.
  Algún tiempo después el mercader se cruzó con aquel viajero que le entregó las vasijas. Después de saludarse, le contó todas sus aventuras y le dio miles de gracias. Pero antes de despedirse, le preguntó:
  - ?Por qué me diste las vasijas de la suerte? ?Es que ya no querías tener buena suerte?
  Y el hombre, riendo con fuerza, respondió:
  - ?No me digas que aún las tienes! ?Pero si no hacen falta para nada!... la magia de las vasijas es muy tonta: sólo hace crecer o disminuir unas estúpidas semillas venenosas y comestibles, pero no tiene ningún efecto sobre la suerte. He oido que las inventó un aprendiz de brujo muy torpe.
  - ??como?! -exclamó sorprendido el mercader.
  - Claro que no. Creo que fue un viejo maestro quien las encontró y se dio cuenta de que serían geniales para ense?ar a usar la suerte: guárdate lo malo para tí, y comparte lo bueno con los demás. Y en verdad que es la única forma de atraer la buena suerte y evitar la mala, ?y vaya si funciona!... Cuando repartiste tu mala suerte, tratando de conservar para tí la buena, te aseguraste de que nadie quisiera compartir las cosas buenas contigo, sólo las malas. Las semillas no tuvieron nada que ver en eso, fueron tus obras. ?lo entiendes ahora?
  ?Vaya si lo había entendido!. Y mientras el viajero se alejaba el mercader, con las vasijas en la mano, miró a los habitantes del pueblo, buscando entre todos ellos quien más necesitara aprender a utilizar la buena suerte.
  从前有一个商人,生意不好后,感叹自己倒霉。一个路过的旅人问他为什么难过,听说他是个很倒霉的人,他打开随身携带的麻袋,拿出一个奇怪的玩意儿,中间是两个水晶玻璃杯拼接而成,上面装饰着诡异的图画,一绿一红,每一张里面都有一些稀有的种子,颜色和他的玻璃杯一样。
  “嗯,你很幸运能找到我,”男人说。这正是您所需要的:一些运气。
  令商人吃惊的是,他解释说那些种子是幸运的种子。运气好的人是绿色的,运气不好的人是红色的。容器永远无法分开,当其中一个被装满时,会引起多起好运或坏运,这取决于是否有种子或其他种子溢出。
  商人兴奋地感谢了礼物,几乎没有听到旅行者的遗言,警告他使用这些器皿有多么困难。希望他仔细检查了那些绿色的种子,那些能带来好运的种子。他虽然不熟,但肯定能找人买几罐,所以小心翼翼的捂住罐口,不让罐子不小心摔倒。
  然后他看了看那些红色的种子,想防止红色玻璃杯被填满的最可靠的方法就是把它倒在那儿。他照办了,继续上路。不久之后,他遇到一个女人,她看到他的花盆,一定认出了它们,因为她跑去向他要了一把好种子。商人坚决拒绝,女人小声咒骂着离开了。 “你要我怎么办”,他伤心地想着,“我不能放弃我的好运气”,继续前行,在那里他遇到了更多类似的遭遇。
  随着时间的流逝,商人发现红色玻璃杯自己装满了。对他来说这似乎或多或少是合乎逻辑的,否则这些罐子不会很有趣,所以他每隔一段时间停下来倒空它,然后继续前进。
  但是有一段时间,杯子很快就装满了,我几乎无法倒空,最后,它溢出了。
  “我做得很好,”商人想,“我需要的只是再来一次厄运。”然后他顺着马路看了看,发现自己一直在撒的种子已经变成了恶性植物,毁坏了整个地区的田野和牧场。村子里的村民见了他,纷纷寻找凶手,商人差点脱身,却被没有与他分享绿种的女人背叛,男人在挨打之间逃出村子。打击。
  这只是商人不得不遭受的众多不幸的开始。真的,这些船只拥有强大的力量,一切都与他们背道而驰。在短短的三天内,他尝试了一百次摆脱罐子,但由于这并没有结束他的厄运,他不得不回去寻找它们的方法来填充绿色玻璃杯,而不是再丢下一颗红色的种子。于是他把绿色罐子的盖子换成了红色的,惊恐地发现,大部分的绿色种子已经消失了……他一边感叹自己的不幸,一边停下来看看花盆上的图画。它们就像指令,你总是看到红色玻璃关闭,绿色玻璃完全打开,似乎任何人都可以随心所欲地获取绿色种子。
  他决定就这样继续他的旅程,遇到一个向他要一些种子的人,这次他让他自由自在。而他的运气也变了,因为此时还在追赶他的村民出现了,但他的新朋友帮助他逃了出来,并把他们引向了相反的方向。一路上,他发现的很多人都发生了类似的事情,直到商人发现,每次他把绿色的种子送出去时,他并没有把自己倒空,而是把杯子装得更多,直到把种子分发给大家之后,杯子就溢出了。
  确实,好运一直伴随着他,奇妙的事情开始发生在他身上。他帮助过的一个人原来是一个非常富有的人,他感激地为他提供了奢侈品和礼物;其他人认为他非常好,他们建议他担任市长,等等。
 
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