?Serías capaz de cambiar de vida de la noche a la ma?ana? Si ya lo has hecho, ?a?oras tu antigua vida?
Un joven pescador llamado Urashima vio a unos malvados torturar a una tortuga. El muchacho les dijo que la dejaran en paz, pero los jóvenes se burlaron de él. Urashima les dio todo el dinero que llevaba para que se alejaran de la tortuga y la devolvió al mar.
Un día que pescaba, la tortuga se le acercó y le dijo: ?Soy una princesa y te estoy agradecida. Ven conmigo al fondo del mar para que te conozca la reina?. El joven se lanzó a las aguas, sin pensarlo dos veces, y llegó a un maravilloso palacio de cristal y oro. La reina le dijo que se quedara a vivir con ellos, y Urashima aceptó.
Después de tres a?os de felicidad, el joven sintió nostalgia del pasado. Antes de que volviera a tierra, la reina le dio un mejillón gigante para que le protegiera de las desgracias, pero le dijo que no lo abriera nunca.
Cuando Urashima volvió a su aldea, todo estaba muy cambiado: los edificios eran más grandes y las gentes vestían de manera extra?a. Su choza era la única que aún permanecía en pie.
El joven sintió angustia por no encontrar su pasado y decidió abrir el mejillón... Un fuerte viento salió de su interior y transformó a Urashima en polvo. En realidad habían pasado tres siglos.
Nunca debemos olvidar nuestros orígenes porque, si no, en el futuro corremos el riesgo de convertirnos en fantasmas.