Unos conejos vivían muy felices hasta que un león comenzó a molestarlos. Todos los días se comía a un buen pu?ado de estos animales, de manera que mermaron de manera alarmante. Los conejos fueron a hablar con el león, y su portavoz le dijo: ?En vista de que usted se come a muchos de nosotros en un día, en varios meses no tendrá comida. Le proponemos que sólo se coma uno al día. Nosotros lo elegiremos por sorteo y usted ni tendrá que molestarse en cazarlo?.
El león pensó que tenían razón y aceptó el trato. Esa misma noche se hizo el primer sorteo y todos los conejos acompa?aron a la víctima ante el depredador. Y así una noche tras otra...
Pero había un conejo protestón que quería hacer la guerra al león. Los demás no le hacían caso hasta que... le tocó el sorteo.
Esa noche les dijo a sus compa?eros que no necesitaba que le acompa?asen y se fue solo hasta la casa de un cazador, a quien le contó lo que pasaba.
Idearon una trampa: el conejo se opuso a que el león se lo comiera, lo que provocó su rabia, y el león salió tras él hasta llegar a un agujero tapado con plantas. Como era de noche, el rey de la selva cayó en el hoyo sin problemas. Así el cazador consiguió lo que quería y los conejos se libraron de su enemigo.
Si tienes una idea genial, es mejor que la pongas en práctica antes de que sea demasiado tarde.