中西阅读:《1984》Parte1 第五章 8
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No cabía duda, volvió a pensar Winston, a Syme lo vaporizarían. Lo pensó con cierta tristeza aunque sabía perfectamente que Syme lo despreciaba y era muy capaz de denunciarle como culpable mental. Había algo de sutilmente malo en Syme. Algo le faltaba: discreción, prudencia, algo así como estupidez salvadora. No podía decirse que no fuera ortodoxo. Creía en los principios del Ingsoc, veneraba al Gran Hermano, se alegraba de las victorias y odiaba a los herejes, no sólo sinceramente, sino con inquieto celo hallándose al día hasta un grado que no solía alcanzar el miembro ordinario del Partido. Sin embargo, se cernía sobre él un vago aire de sospecha. Decía cosas que debía callar, leía demasiados libros, frecuentaba el Café del Nogal, guarida de pintores y músicos. No había ley que prohibiera la frecuentación del Café del Nogal. Sin embargo, era sitio de mal agüero. Los antiguos y desacreditados jefes del Partido se habían reunido allí antes de ser «purgados» definitivamente. Se decía que al mismo Goldstein lo habían visto allí algunas veces hacía años o décadas. Por tanto, el destino de Syme no era difícil de predecir. Pero, por otra parte, era indudable que si aquel hombre olía sólo por tres segundos las opiniones secretas de Winston, lo denunciaría inmediatamente a la Policía del Pensamiento. Por supuesto, cualquier otro lo haría; Syme se daría más prisa. Pero no bastaba con el celo. La ortodoxia era la inconsciencia.
Syme levantó la vista:
—Aquí viene Parsons— dijo.
Algo en el tono de su voz parecía añadir, «ese idiota». Parsons, vecino de Winston en las Casas de la Victoria, se abría paso efectivamente por la atestada cantina. Era un individuo de mediana estatura con cabello rubio y cara de rana. A los treinta y cinco años tenía ya una buena cantidad de grasa en el cuello y en la cintura, pero sus movimientos eran ágiles y juveniles. Todo su aspecto hacía pensar en un muchacho con excesiva corpulencia, hasta tal punto que, a pesar de vestir el «mono» reglamentario, era casi imposible no figurárselo con los pantalones cortos y azules, la camisa gris y el pañuelo rojo de los Espías. Al verlo, se pensaba siempre en escenas de la organización juvenil. Y, en efecto, Parsons se ponía shorts para cada excursión colectiva o cada vez que cualquier actividad física de la comunidad le daba una disculpa para hacerlo. Saludó a ambos con un alegre ¡Hola, hola!, y sentóse a la mesa esparciendo un intenso olor a sudor. Su rojiza cara estaba perlada de gotitas de sudor. Tenía un enorme poder sudorífico. En el Centro de la Comunidad se podía siempre asegurar si Parsons había jugado al tenis de mesa por la humedad del mango de la raqueta. Syme sacó una tira de papel en la que había una larga columna de palabras y se dedicó a estudiarla con un lápiz tinta entre los dedos.
毫无疑问,赛麦是要化为乌有的。温斯顿又想。他这么想时心中不免感到有些悲哀,尽管他明知赛麦瞧不起他,有点不喜欢他,而且完全有可能,只要他认为有理由,就会揭发他是个思想犯。反正,赛麦有什么不对头的地方,究竟什么地方不对头,他也说不上来。赛麦有着他所缺少的一些什么东西:谨慎、超脱、一种可以免于患难的愚蠢。你不能说他是不正统的。他相信英社的原则,他尊敬老大哥,他欢庆胜利,他憎恨异端,不仅出于真心诚意,而且有着一种按捺不住的热情,了解最新的情况,而这是普通党员所得不到的。但是他身上总是有着一种靠不住的样子。他总是说一些最好不说为妙的话,他读书太多,又常常光顾栗树咖啡馆,那是画家和音乐家聚会的地方。并没有法律,哪怕是不成文的法律,禁止你光顾栗树咖啡馆,但是去那个地方还是有点危险的。一些遭到谴责的党的创始领导人在最后被清洗之前常去那个地方。据说,果尔德施坦因本人也曾经去过那里,那是好几年,好几十年以前的事了。赛麦的下场是不难预见的。但是可以肯定的是,只要赛麦发觉他的——温斯顿的——隐藏的思想,那怕只有三秒钟,他也会马上向思想警察告发的。
不过,别人也会一样,但是赛麦尤其会如此。光有热情还不够。正统思想就是没有意识。
赛麦抬起头来。“派逊斯来了,”他说。
他的话声中似乎有这样的意思:“那个可恶的大傻瓜。”派逊斯是温斯顿在胜利大厦的邻居,他真的穿过屋子过来了。
他是个胖乎乎的中等身材的人,淡黄的头发,青蛙一样的脸。他年才三十五岁,脖子上和腰围上就长出一圈圈的肥肉来了,但是他的动作仍很敏捷、孩子气。他的整个外表象个发育过早的小男孩,以致他虽然穿着制服,你仍然不由得觉得他象穿着少年侦察队的蓝短裤、灰衬衫、红领巾一样。你一闭起眼睛来想他,脑海里就出现胖乎乎的膝盖和卷起袖子的又短又粗的胳膊。事实也的确是这样,只要一有机会,比如集体远足或者其他体育活动时,他就总穿上短裤。他愉快地叫着“哈罗,哈罗!”向他们两人打招呼,在桌边坐了下来,马上带来一股强烈的汗臭。他的红红的脸上尽是挂着汗珠,他出汗的本领特别。在邻里活动中心站,你一看到球拍是湿的,就可以知道刚才他打过乒乓球。赛麦拿出一张纸来,上面有一长列的字,他拿着一支墨水铅笔在看着。