- Samuel Ullman
La juventud no es un tiempo de la vida;
es un estado de la mente;
no es una cuestión de mejillas sonrosadas,
labios rojos y rodillas flexibles;
se trata de un asunto de la voluntad,
una cualidad de la imaginación,
un vigor de las emociones;
es la frescura de los manantiales profundos de la vida.
Juventud significa una temperamental predominancia,
del coraje sobre la timidez,
del apetito por la aventura sobre el amor por lo fácil.
Esto existe a menudo en un hombre de sesenta a?os
más que un muchacho de veinte a?os.
Nadie envejece simplemente por un número de a?os.
Nos hacemos viejos por abandonar nuestros ideales.
Los a?os pueden arrugar la piel,
pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.
La preocupación, el miedo, la desconfianza en sí mismo
inclina el corazón y el espíritu se convierte de nuevo en polvo.
Ya sea de sesenta o dieciséis a?os,
hay en el corazón de cada ser humano,
el encanto de la maravilla, el apetito infalible,
como un ni?o de que será lo que viene,
y la alegría del juego de la vida.
En el centro de tu corazón y mi corazón
hay una emisora inalámbrica;
siempre y cuando reciba mensajes de belleza,
esperanza, alegría, coraje
y el poder de los hombres y de lo Infinito,
siempre se es joven.
Cuando las antenas están abajo,
y tu espíritu está cubierto de las nieves del cinismo
y el hielo de pesimismo, entonces, eres viejo,
incluso a los veinte a?os,
pero siempre y cuando tus antenas suban,
para captar las ondas de optimismo,
hay esperanza, que puedas morir joven a los ochenta.