Es curioso, pero la inteligencia no es una defensa contra las excusas. Hasta las personas más brillantes utilizan excusas, suelen tener más imaginación para buscar excusas que les sirvan para seguir con alguna conducta especifica.
Para las personas que suelen utilizar todo tipo de excusas, se les suele hacer poco fácil abandonar las cómodas coartadas. Cuando no quieres salir, intentarás miles de razones por las cuales no puedas salir. La inercia va de la mano de la excusa.
Las excusas nos suelen mantener inertes, el truco para dejar de poner excusas consiste simplemente en dejar de ponerlas, en establecer un límite.
Dicen que el infierno está empedrado de buenas intenciones, las excusas son las piedras que cubren el pavimento.
Las excusas nos detienen, no nos dejan avanzar, sin darnos cuenta comenzamos a justificarnos, y de excusa en excusa estamos detenidos en el mismo lugar todo el tiempo.
Las excusas solemos transformarlas todos los días en argumentos y explicaciones totalmente lógicas y razonables para justificar lo que nos tiene apartados del éxito que deseamos y no alcanzamos.
Aquí tienes algunas situaciones cuando usamos las excusas:
Los pensamientos erróneos y las malas decisiones.
La falta de tiempo.
El conformismo y la comodidad.
El miedo a correr el riesgo.
Las ridículas ideas preconcebidas: Por la cultura global de miles de generaciones que nos anteceden y nos tiran su peso directo al subconsciente desde que nacemos. ("solo los ricos pueden hacer plata"; " si fuera tan sencillo, lo haría todo el mundo", "no tengo el dinero necesario", "sería una locura dejar mi trabajo", "teniendo plata cualquiera invierte, etc.")