El país acaba de participar en un enorme ejercicio democrático, quizás el de mayor envergadura de nuestra historia. Más de 33 millones de personas, de Inglaterra, Escocia, Gales, Irlanda del Norte, han emitido su opinión.
Deberíamos sentirnos orgullosos del hecho de que en estas islas, confiamos en el pueblo para estas grandes decisiones.
Aunque tenemos una democracia parlamentaria, existen momentos, en lo que se refiere a asuntos relativos a cómo gobernarnos, en los que lo correcto es preguntar al pueblo mismo, y eso es lo que hemos hecho.
El pueblo británico ha votado a favor de salir de la Unión Europea y su deseo ha de ser respetado.
Quiero darles las gracias a todos aquellos que han participado en la campa?a que respaldaba la permanencia, incluyendo a los que dejaron de lado las diferencias de partido para defender lo que para ellos era el interés nacional.
Y permítanme felicitar a todos los que han participado en la campa?a de salida, por la enérgica y apasionada defensa que han llevado a cabo.
La voluntad del pueblo británico es una instrucción que hay cumplir. No ha sido una decisión tomada a la ligera, dado que se han dicho muchas cosas por muchas organizaciones diferentes para hacer hincapié en la relevancia de dicha decisión.
Por lo que no debe quedar ninguna duda respecto al resultado.
El mundo entero ha estado pendiente de la elección del Reino Unido. Quiero tranquilizar a esos mercados y a esos inversores y decirles que la economía del Reino Unido es fundamentalmente robusta.
También quiero tranquilizar a los británicos que viven en otros países europeos y a los europeos que viven aquí, ya que sus circunstancias actuales no van a sufrir cambios inmediatos. No va a haber cambios iniciales respecto a la forma en que la gente pueda viajar, en la forma en que pueden circular los bienes o en la forma en que se pueden vender nuestros servicios.
Ahora, tenemos que prepararnos para negociar con la Unión Europea. Esto requerirá la participación plena de los gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte para garantizar así que los intereses de todos los rincones del Reino Unido queden protegidos y resguardados.
Pero sobre todo, será necesario un liderazgo fuerte, resuelto y comprometido.
Para mí, ha sido un orgullo y un honor haber sido primer ministro de este país durante seis a?os.
Creo que hemos hecho grandes avances, hemos conseguido dar trabajo a más gente que nunca antes en nuestra historia, hemos hecho reformas en las prestaciones y en la educación, hemos aumentando las oportunidades vitales de las personas, hemos construido una sociedad más grande y más fuerte, hemos mantenido las promesas que les hicimos a las personas más pobres del mundo, y hemos permitido que aquellos que se quieren puedan casarse independientemente de su sexualidad.
Pero por encima de todo, hemos recuperado la fortaleza económica del Reino Unido y les estoy agradecido a todas las personas que han contribuido a que eso haya podido ocurrir. Siempre he pensado también que debemos enfrentarnos a las grandes decisiones, no esquivarlas.
Por eso, creamos el primer gobierno de coalición de los últimos 70 a?os con la idea de evitar que la economía se despe?ara por el precipicio. Es la razón por la cual organizamos un referéndum justo, legal y decisivo en Escocia. Y también la razón por la cual yo hice la promesa de renegociar la posición del Reino Unido en la Unión Europea y celebrar un referéndum sobre nuestra pertenencia a la misma, y todo esto se ha llevado a cabo.
He luchado por esta campa?a de la única manera en que sé hacerlo: diciendo directa y apasionadamente lo que creo y siento, cabeza, corazón y alma.
No me he callado nada.
Dejé muy clara mi certeza de que el Reino Unido sería más fuerte, más seguro y más próspero estando dentro de la Unión Europea. Y dejé muy claro que este era el tema objeto del referéndum y solo éste, no iba sobre el futuro de ningún político, entre ellos yo.
Pero el pueblo británico ha tomado una decisión muy clara de emprender un camino diferente y, en este sentido, creo que el país necesita un liderazgo renovado que lo lleve en esa dirección.
Haré todo lo que esté en mi mano como primer ministro para estabilizar la nave en las próximas semanas y meses, pero no creo que sea lo más adecuado que intente ser el capitán que conduzca a nuestro país hasta su próximo destino.
No ha sido una decisión que haya tomado a la ligera, pero sí creo que es para bien del interés nacional que tengamos un periodo de estabilidad y tras él, el nuevo y necesario liderazgo.
No hace falta que tengamos hoy ya previsto un calendario, pero desde mi punto de vista creo que nuestro objetivo debería ser tener al nuevo primer ministro para octubre, para cuando empiece la conferencia del partido Conservador.
Proporcionar estabilidad será importante y seguiré ocupando el cargo de primer ministro con mi Gabinete durante los próximos tres meses. El Gabinete se reunirá el lunes.
El gobernador del Banco de Inglaterra va a hacer una declaración sobre las medidas que tanto el Banco como el Ministerio de Economía van a tomar para calmar a los mercados financieros. También seguiremos avanzando con la importante legislación que dispusimos en el discurso de la reina antes del Parlamento. Y ya he hablado con Su Majestad la Reina esta ma?ana para comunicarle cuáles van a ser los pasos siguientes que voy a tomar.
La negociación con la Unión Europea tendrá que dar comienzo bajo un nuevo primer ministro. Y creo que lo correcto es que este nuevo primer ministro sea el que tome la decisión de cuándo poner en marcha el artículo 50 y dar comienzo así al proceso jurídico y formal para la salida del Reino Unido de la UE.
Asistiré al Consejo Europeo de la semana que viene para explicar tanto la decisión que ha tomado el pueblo británico como la mía propia.
El pueblo británico ha hecho una elección. Dicha decisión no solo debe ser respetada, sino que los que estamos en el bando perdedor, yo incluido, tenemos que hacer lo posible para ayudar a que funcione.
El Reino Unido es un país especial.
Tenemos tantas ventajas.
Una democracia parlamentaria en la que resolvemos grandes asuntos relativos a nuestro futuro a través del debate pacífico.
Somos un gran operador comercial, un país respetado en todo el mundo por su ciencia, sus artes, su ingeniería y su creatividad.
Y aunque no somos perfectos, sí creo que podemos servir de modelo de una democracia multirracial que profesa múltiples religiones y creencias, en la que la gente puede venir y hacer su contribución, consiguiendo llegar tan lejos como su talento se lo permita.
Aunque el camino que yo recomendé no era el de salir de Europa, soy el primero en alabar nuestras increíbles fortalezas. Ya he dicho con anterioridad que el Reino Unido puede sobrevivir estando fuera de la Unión Europea, y que en efecto, encontraríamos la manera.
Ahora que la decisión que se ha tomado es la de salir; tenemos que encontrar la mejor manera de hacerlo y haré todo lo que pueda para ayudar a que así sea.
Amo a este país y es un honor para mí haberle servido.
Y haré todo lo que pueda en el futuro para contribuir al éxito de este gran país.