水井与钟摆 8(西英双语)
原文:
Entonces me dormí, y al despertarme, necesariamente debí de volver sobre mis pasos, creando así un circuito casi doble del real. La confusión de mi cerebro me impidió darme cuenta de que había empezado la vuelta con la pared a mi izquierda y que la terminaba teniéndola a la derecha.
También me había equivocado por lo que respecta a la forma del recinto. Tanteando el camino, había encontrado varios ángulos, deduciendo de ello la idea de una gran irregularidad; tan poderoso es el efecto de la oscuridad absoluta sobre el que sale de un letargo o de un sueño.Los ángulos eran, sencillamente, producto de leves depresiones o huecos que se encontraban a intervalos desiguales.La forma general del recinto era cuadrada. Lo que creí mampostería parecía ser ahora hierro u otro metal dispuesto en enormes planchas, cuyas suturas y junturas producían las depresiones.La superficie de aquella construcción metálica estaba embadurnada groseramente con toda clase de emblemas horrorosos y repulsivos, nacidos de la superstición de los frailes.Figuras de demonios con amenazadores gestos, con formas de esqueleto y otras imágenes del horror más realista llenaban en toda su extensión las paredes.Me di cuenta de que los contornos de aquellas monstruosidades estaban suficientemente claros, pero que los colores parecían manchados y estropeados por efecto de la humedad del ambiente. Vi entonces que el suelo era de piedra. En su centro había un pozo circular, de cuya boca había yo escapado, pero no vi que hubiese alguno más en el calabozo.
Todo esto lo vi confusamente y no sin esfuerzo, pues mi situación física había cambiado mucho durante mi sueño. Ahora, de espaldas, estaba acostado cuan largo era sobre una especie de armadura de madera muy baja.Estaba atado con una larga tira que parecía de cuero. Enrollábase en distintas vueltas en torno a mis miembros y a mi cuerpo, dejando únicamente libres mi cabeza y mi brazo izquierdo.Sin embargo, tenía que hacer un violento esfuerzo para alcanzar el alimento que contenía un plato de barro que habían dejado a mi lado sobre el suelo. Con verdadero terror me di cuenta de que el cántaro había desaparecido, y digo con terror porque me devoraba una sed intolerable. Creí entonces que el plan de mis verdugos consistía en exasperar esta sed, puesto que el alimento que contenía el plato era una carne cruelmente salada.
Levanté los ojos y examiné el techo de mi prisión. Hallábase a una altura de treinta o cuarenta pies y parecíase mucho, por su construcción, a las paredes laterales. En una de sus planchas llamó mi atención una figura de las más singulares. Era una representación pintada del Tiempo, tal como se acostumbra representarle, pero en lugar de la guadaña tenía un objeto que a primera vista creí se trataba de un enorme péndulo como los de los relojes antiguos.
英译:
I then slept, and upon awaking, I must have returned upon my steps -- thus supposing the circuit nearly double what it actually was. My confusion of mind prevented me from observing that I began my tour with the wall to the left, and ended it with the wall to the right.
I had been deceived, too, in respect to the shape of the enclosure. In feeling my way I had found many angles, and thus deduced an idea of great irregularity; so potent is the effect of total darkness upon one arousing from lethargy or sleep! The angles were simply those of a few slight depressions, or niches, at odd intervals. The general shape of the prison was square. What I had taken for masonry seemed now to be iron, or some other metal, in huge plates, whose sutures or joints occasioned the depression. The entire surface of this metallic enclosure was rudely daubed in all the hideous and repulsive devices to which the charnel superstition of the monks has given rise. The figures of fiends in aspects of menace, with skeleton forms, and other more really fearful images, overspread and disfigured the walls. I observed that the outlines of these monstrosities were sufficiently distinct, but that the colors seemed faded and blurred, as if from the effects of a damp atmosphere. I now noticed the floor, too, which was of stone. In the centre yawned the circular pit from whose jaws I had escaped; but it was the only one in the dungeon.
All this I saw indistinctly and by much effort: for my personal condition had been greatly changed during slumber. I now lay upon my back, and at full length, on a species of low framework of wood. To this I was securely bound by a long strap resembling a surcingle. It passed in many convolutions about my limbs and body, leaving at liberty only my head, and my left arm to such extent that I could, by dint of much exertion, supply myself with food from an earthen dish which lay by my side on the floor. I saw, to my horror, that the pitcher had been removed. I say to my horror; for I was consumed with intolerable thirst. This thirst it appeared to be the design of my persecutors to stimulate: for the food in the dish was meat pungently seasoned.
Looking upward, I surveyed the ceiling of my prison. It was some thirty or forty feet overhead, and constructed much as the side walls. In one of its panels a very singular figure riveted my whole attention. It was the painted figure of Time as he is commonly represented, save that, in lieu of a scythe, he held what, at a casual glance, I supposed to be the pictured image of a huge pendulum such as we see on antique clocks.