水井与钟摆 9(西英双语)
原文:
No obstante, algo había en el aspecto de aquella máquina que me hizo mirarla con más detención.Mientras la observaba directamente, mirando hacia arriba, pues hallábase colocada exactamente sobre mi cabeza, me pareció ver que se movía. Un momento después se confirmaba mi idea. Su balanceo era corto y, por tanto, muy lento. No sin cierta desconfianza, y, sobre todo, con extrañeza la observé durante unos minutos. Cansado, al cabo de vigilar su fastidioso movimiento, volví mis ojos a los demás objetos de la celda.
Un ruido leve atrajo mi atención. Miré al suelo y vi algunas enormes ratas que lo cruzaban. Habían salido del pozo que yo podía distinguir a mi derecha. En ese instante, mientras las miraba, subieron en tropel, a toda prisa, con voraces ojos y atraídas por el olor de la carne. Me costó gran esfuerzo y atención apartarlas.
Transcurrió media hora, tal vez una hora-pues apenas imperfectamente podía medir el tiempo- cuando, de nuevo, levanté los ojos sobre mí. Lo que entonces vi me dejó atónito y sorprendido. El camino del péndulo había aumentado casi una yarda, y, como consecuencia natural, su velocidad era también mucho mayor. Pero, principalmente, lo que más me impresionó fue la idea de que había descendido visiblemente. Puede imaginarse con qué espanto observé entonces que su extremo inferior estaba formado por media luna de brillante acero, que, aproximadamente, tendría un pie de largo de un cuerno a otro. Los cuernos estaban dirigidos hacia arriba, y el filo inferior, evidentemente afilado como una navaja barbera. También parecía una navaja barbera, pesado y macizo, y ensanchábase desde el filo en una forma ancha y sólida. Se ajustaba a una gruesa varilla de cobre, y todo ello silbaba moviéndose en el espacio.
Ya no había duda alguna con respecto a la suerte que me había preparado la horrible ingeniosidad monacal. Los agentes de la Inquisición habían previsto mi descubrimiento del pozo; del pozo, cuyos horrores habían sido reservados para un hereje tan temerario como yo; del pozo, imagen del infierno, considerado por la opinión como la Ultima Tule de todos los castigos.
英译:
There was something, however, in the appearance of this machine which caused me to regard it more attentively. While I gazed directly upward at it (for its position was immediately over my own) I fancied that I saw it in motion. In an instant afterward the fancy was confirmed. Its sweep was brief, and of course slow. I watched it for some minutes, somewhat in fear, but more in wonder. Wearied at length with observing its dull movement, I turned my eyes upon the other objects in the cell.
A slight noise attracted my notice, and, looking to the floor, I saw several enormous rats traversing it. They had issued from the well, which lay just within view to my right. Even then, while I gazed, they came up in troops, hurriedly, with ravenous eyes, allured by the scent of the meat. From this it required much effort and attention to scare them away.
It might have been half an hour, perhaps even an hour, (for in cast my I could take but imperfect note of time) before I again cast my eyes upward. What I then saw confounded and amazed me. The sweep of the pendulum had increased in extent by nearly a yard. As a natural consequence, its velocity was also much greater. But what mainly disturbed me was the idea that had perceptibly descended. I now observed -- with what horror it is needless to say -- that its nether extremity was formed of a crescent of glittering steel, about a foot in length from horn to horn; the horns upward, and the under edge evidently as keen as that of a razor. Like a razor also, it seemed massy and heavy, tapering from the edge into a solid and broad structure above. It was appended to a weighty rod of brass, and the whole hissed as it swung through the air.
I could no longer doubt the doom prepared for me by monkish ingenuity in torture. My cognizance of the pit had become known to the inquisitorial agents -- the pit whose horrors had been destined for so bold a recusant as myself -- the pit, typical of hell, and regarded by rumor as the Ultima Thule of all their punishments.