Dijo luego al huésped que le tuviese mucho cuidado de su caballo, porque era la mejor pieza que comía pan en el mundo. Miróle el ventero, y no le pareció tan bueno como don Quijote decía, ni aun la mitad; y, acomodándole en la caballeriza, volvió a ver lo que su huésped mandaba, al cual estaban desarmando las doncellas, que ya se habían reconciliado con él; las cuales, aunque le habían quitado el peto y el espaldar, jamás supieron ni pudieron desencajarle la gola, ni quitalle la contrahecha celada, que traía atada con unas cintas verdes, y era menester cortarlas, por no poderse quitar los ñudos; mas él no lo quiso consentir en ninguna manera, y así, se quedó toda aquella noche con la celada puesta, que era la más graciosa y estraña figura que se pudiera pensar; y, al desarmarle, como él se imaginaba que aquellas traídas y llevadas que le desarmaban eran algunas principales señoras y damas de aquel castillo, les dijo con mucho donaire:
—Nunca fuera caballero
de damas tan bien servido
como fuera don Quijote
cuando de su aldea vino:
doncellas curaban dél;
princesas, del su rocino,
o Rocinante, que éste es el nombre, señoras mías, de mi caballo, y don Quijote de la Mancha el mío; que, puesto que no quisiera descubrirme fasta que las fazañas fechas en vuestro servicio y pro me descubrieran, la fuerza de acomodar al propósito presente este romance viejo de Lanzarote ha sido causa que sepáis mi nombre antes de toda sazón; pero, tiempo vendrá en que las vuestras señorías me manden y yo obedezca, y el valor de mi brazo descubra el deseo que tengo de serviros.
Las mozas, que no estaban hechas a oír semejantes retóricas, no respondían palabra; sólo le preguntaron si quería comer alguna cosa.
—Cualquiera yantaría yo —respondió don Quijote—, porque, a lo que entiendo, me haría mucho al caso.
A dicha, acertó a ser viernes aquel día, y no había en toda la venta sino unas raciones de un pescado que en Castilla llaman abadejo, y en Andalucía bacallao, y en otras partes curadillo, y en otras truchuela. Preguntáronle si por ventura comería su merced truchuela, que no había otro pescado que dalle a comer.
堂吉诃德怎样在客栈里吃饭
客栈主人这样说着,帮堂吉诃德取下了马蹬,唐吉坷德费了好大劲才下了马。
然后,唐吉坷德对店主人说,要特别照顾好他的马,说他是一批世界上吃草料的最好的动物。店主人看了一眼马,并不认为那匹马像唐吉坷德说的那么好,甚至连他说的一半好也没有。店主人把马牵到马棚里,返回听从骑士吩咐。
这时,那两位“少女”已经与唐吉坷德和解了,正在帮助他卸掉身上的甲胄。她们已经给他取下胸甲和护背,但是取不下头盔。头盔用绿袋子系的牢牢地,因为解不开系结,必须间断系带。可是他无论如何也不让,这样他整个晚上都戴着头盔。那副样子实在让人哭笑不得。
姑娘们问他要不要吃点东西,唐吉坷德说要吃。
那天正好是星期五,客栈里只剩下几份鳕鱼了。