Si además sois de distintas nacionalidades, aprovechad el intercambio de culturas y regalad a cada familia lo que es típico en la tierra de la otra. Ya se sabe que hay que empezar conquistando por el estómago, con esto los tendréis en el bolsillo.
La mermelada no puede faltar en cualquier desayuno que se precie. Unos tarritos envueltos y personalizados con una etiqueta con vuestros nombres y la fecha serán éxito asegurado. Si sois mañosos, hasta podéis hacerla vosotros mismos.
¿Dónde celebráis la boda? Seguro que hay productos típicos como embutidos, miel, mostaza o dulces preparad unas bolsitas con un pequeño surtido de lo que más os guste, un par de cosas o tres bastarán.
El vino, blanco, tinto o rosado, le gusta a todo el mundo. Elegid uno que os guste y etiquetad las botellas con vuestros nombres, la fecha y alguna frase de agradecimiento.
Igualmente embotellado y no menos valioso, el aceite es otra de las opciones, sobre todo si vuestro lugar de origen es famoso por su calidad.
Tal vez tengáis algún pariente o conocido que destile aguardiente de orujo o algún licor de hierbas que podáis embasar en botellitas que seguro que harán las delicias de muchos.
Si sois una pareja muy dulce, regalad dulzura. Hoy en día podéis encargar vuestras galletas personalizadas, diseñadas sólo para vosotros. Envolvedlas en una bolsita de celofán transparente y atad una etiqueta con vuestras iniciales y la fecha.
En la misma línea, podéis regalar una piruleta de chocolate con una imagen impresa o envolverla de la misma forma que las galletas. Y si sois fans del chocolates, nada mejor que unos bombones.
Más de moda que nunca, un cupcake en una preciosa cajita de cartón de los colores de la boda y con su etiqueta correspondiente será un detalle muy chic que nadie se espera.