3只高脚帽 第一幕8
(Le da unos paquetes.)
trudy. ¡Ayúdanos! ¡Anda!
fanny. (Alegre, con los paquetes, haciendo mutis por la izquierda.) ¿Nos divertiremos?
sagra. ¡Nos divertiremos!
carmela. ¡Verás cómo sí!
las tres. ¡Laralí! ¡Laralí!
trudy. (Fijándose en los sombreros de copa, que dionisio dejó en la mesita.) ¡Mirad qué sombreros!
sagra. ¡Son de este señor!
carmela. ¡Es el malabarista que Paula nos dijo!
trudy. ¿Jugamos con ellos?
sagra. (Tirándolos al alto.) ¡Arriba! ¡Alay!
carmela. ¡Hoop!
(Los sombreros se caen al suelo y las tres muchachas idiotas, riéndose siempre, se van por la puerta de la izquierda. dionisio, que con estas cosas está muy triste, aprovecha que se ha quedado solo y,muy despacito, va y cierra la puerta que las chicas dejaron abierta. Después va a recoger los sombreros, que están en el suelo. Se le caen y, para mayor comodidad, se pone uno en la cabeza. En este momento dan unos golpecitos en la puerta del foro.)
don rosario. (Dentro.) ¡Don Dionisio! ¡Don Dionisio!
dionisio. (Poniendo precipitadamente los dos sombreros en la mesita.) ¿Quién?
don rosario. ¡Soy yo, don Rosario!
dionisio. ¡Ah! ¡Es usted!
(Y se acuesta, muy de prisa, metiéndose entre las sábanas y conservando su sombrero puesto.)
don rosario. (Entrando con su cornetín.) ¿No duerme usted? Me he figurado que sus vecinos de cuarto no le dejarían dormir. Son muy malos y todo lo revuelven...
dionisio. No he oído nada... Todo está muy tranquilo...
don rosario. Sin embargo, yo, desde abajo, oigo sus voces... Y usted necesita dormir. Mañana se casa usted. Mañana tiene usted que hacer feliz a una virtuosa señorita... Yo voy a tocar mi cornetín y usted se dormirá... Yo voy a tocar «La serenata de Toselli»...
(Y, en pie, frente a la cama, de cara a dionisio y de espaldas al público, toca, ensimismado en su arte. A poco, fanny abre la puerta de la izquierda y entra derecha a recoger unos paquetes del sofá. Cruza la escena por el primer término, o sea, por detrás de don rosario, que no la ve. Coge los paquetes y da la vuelta para irse por el mismo camino. Pero en esto, se fija en don rosarioy le pregunta a dionisio, que la está mirando):
fanny. ¿Quién es ése?
dionisio. (Muy bajito, para que no le oiga don rosario.) Es el pobre...
fanny. Qué pesado, ¿verdad...?
dionisio. Sí. Es muy pesado.
fanny. Hasta luego.
(Y hace mutis por la izquierda.)
dionisio. Adiós.
(Al poco tiempo, entra y cruza la escena, del mismo modo que fanny, y con el mismo objeto, el odioso señor, que lleva puesto un sombrero hongo. Cuando ya ha cogido un paquete y va a marcharse, ve a dionisio y le saluda, muy fino, quitándose el sombrero.)
el odioso señor. ¡Adiós!
dionisio. (Quitándose también el sombrero para saludar.) Adiós. Buenas noches.
(Hace mutis el odioso señor. En seguida entra y hace el mismo juego madame olga, la mujer de las barbas.)
madame olga. (Al irse, muy cariñosa, a dionisio.) Yo soy madame Olga...
dionisio. ¡Ah!
madame olga. Ya sé que es usted artista...
dionisio. Sí...
madame olga. Vaya, pues me alegro...
dionisio. Muchas gracias...
madame olga. Hasta otro ratito...
dionisio. ¡Adiós!
(madame olga hace mutis y cierra la puerta. dionisio cierra los ojos haciéndose el dormido. don rosario termina en este momento su pieza y deja de tocar. Y mira a dionisio.)
don rosario. Se ha dormido... Es un ángel... Él soñará con ella... Apagaré la luz... (Apaga la luz del centro y enciende el enchufe de la mesita de noche. Después se acerca a dionisio y le da un beso en la frente.) ¡Duerme como un pajarito!
(Y muy de puntillas, se va por la puerta del foro y cierra la puerta. Pero ahora suena el timbre del teléfono. dionisio se levanta corriendo y va hacia él.)
dionisio. ¡Es Margarita...!
(Pero la puerta de la izquierda se abre nuevamente, y paula se asoma, quedándose junto al quicio. dionisio ya abandona su ida al teléfono.)
paula. ¿No entra usted?
dionisio. No.
paula. Entre usted... Le invitamos. Se distraerá...
dionisio. Tengo sueño... No...
paula. De todos modos, no le vamos a dejar dormir...
(Por el rumor de alegría que hay dentro.)
dionisio. Estoy cansado...
paula. Entre usted... Se lo pido yo... Sea usted simpático... Está ahí Buby, y me molesta Buby. Si entra usted, ya es distinto... Estando usted yo estaré contenta....¡Yo estaré contenta con usted...! ¿Quiere?
dionisio. (Que siempre es el mismo muchacho sin voluntad.) Bueno.
(Y va hacia la puerta. Entran los dos. Cierran. Y el timbre del teléfono sigue sonando unos momentos, inútilmente.)
TELÓN